El papa Francisco almorzó hoy con algunos empleados del Vaticano en una de las cantinas laborales e hizo fila para servirse la comida en una bandeja como uno más, según refirió el diario de la Santa Sede “L’Osservatore Romano”. EFE
El pontífice argentino causó sorpresa entre los trabajadores del Vaticano, según informó el diario, cuando decidió este mediodía almorzar en una de las cantinas de la Santa Sede y esperar como el resto de los empleados para servirse la comida en una bandeja.
“Pidió fusilli, una porción de merluza, verduras gratinadas y patatas fritas. No he tenido el valor de cobrarle”, reconoció la trabajadora Claudia Di Giacomo, que en ese momento se encontraba en la caja.
Posteriormente, el máximo representante de la Iglesia católica, sonriente, estrechó las manos de aquellos que se acercaron para saludarle.
Ya en la mesa, Jorge Bergoglio compartió el almuerzo con cinco empleados de la Farmacia vaticana, con los que conversó acerca del trabajo que estos almacenistas desarrollan en la Santa Sede, de economía y también de fútbol.
Y es que de Francisco se sabe que es un reconocido aficionado al fútbol, concretamente al club bonaerense de San Lorenzo de Almagro, fundado a comienzos del siglo XX por el salesiano Lorenzo Martín Massa y del que es el socio número 88.235.
Durante la conversación, informa el diario, no faltaron aquellos que se acercaron al pontífice para pedirle una autofoto.
La visita, que ha durado unos 40 minutos, ha finalizado con la toma de una fotografía de todos los presentes.
Posteriormente, Bergoglio regresó a su residencia en Santa Marta.