En 1997 un disparo accidental en el living de su casa le destruyó la cara. Pasó años con el rostro desfigurado. Richard Lee Norris se sentía un extraño en su propio cuerpo: no se reconocía ante el espejo y sufría demasiado. Por eso su familia decidió cubrir todos los espejos que había en la casa. Hasta que decidió someterse a una audaz cirugía estética que se devolvería en parte su identidad física: un trasplante de cara. Años después la recuperó casi en su totalidad. Infobae
Norris fue tapa de la revista de moda GQ, una de las más populares de los Estados Unidos. También consiguió que su historia se repitiera en la tapa del prestigioso diario norteamericano The New York Times. Todos se hacen eco de la historia de un hombre que hoy dice: “Es una búsqueda de la comprensión”. Es que Richard afronta una vida muy dura.
Su madre, quien también participó de la entrevista concedida a GQ, señala que Richard es como una “rata de laboratorio”. Pero no lo dice mal, sino resignada. Es que su hijo pasa horas y horas cada semana frente a los doctores, tomando píldoras todo el tiempo.
“No creo que vuelva a trabajar y tener una vida normal. Pasa su tiempo en hospitales, todo el mundo lo examina, lo estudia. Un jefe no quiere alguien que estará ausente el 99 por ciento de su tiempo”, señala Sandra Norris.
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