Mientras eso ocurre, ¿qué hacen unos pocos “luchadores” de “este lado”? Inician una carnicería desleal y poco coherente, para lograr ciertas mieles que les permitan lugares en cargos de convivencia con la dictadura. Peor aún, unos pocos se prestan en buscar enterrar políticamente a un alcalde preso con el fin de que este no opte por un cargo de gobernador y así tener el camino libre para una carrera o una negociación con los actuales usuarios. ¡Ciegos, sordos y mudos!
Qué lejos se colocan de lo que nos importa al común denominador de los ciudadanos de a pie ¡Podríamos creer que son hasta verdad los resultados sacados del sombrero por ciertos encuestadores!
Un error lo comete cualquiera, pero si esa cadena de errores te mantuvo en la gobernación de un estado por más de una década, te hizo correr en una oportunidad a la presidencia de una nación, te dio para sacar y montar un banco en República Dominicana, tú no eres un luchador, eres un “vividor” un vulgar corrupto. No de gratis hoy la opinión pública no cree en este tipo de personajes mal llamados de la 4ta.
Por eso, estas luchas hay que dejarlas en manos de quienes son todavía puros de espíritu, adolecentes, jóvenes, adultos, madres y padres, obreros y profesionales. Gente que de manera sincera quiere lograr los cambios necesarios y no el clásico quítate tú para ponerme yo.
Así que aquellos que quieran utilizar a la juventud y a la sociedad civil para lavar sus caras y las de sus organizaciones, van a encontrar un muro de contención formado a través de la verdadera unión, constancia y organización. Chocarán con un detector de los mal intencionados que quieren aprovecharse del río revuelto para sacar provecho personal.
Alerta cuando veamos a algún luchador social seguirle el juego a este tipo de pelea de caimanes de un mismo charco. A aquellos que veamos en ese tipo de conducta hay que preguntarles: ¿Para quién trabajas cachicamo?
Por lo visto no precisamente para una lapa…
@dimitrybelov