El pasado día lunes quedaba en libertad Hugo Carvajal Barrios, exjefe de inteligencia venezolano que había sido detenido tan solo cuatro días antes por las autoridades de Aruba al intentar entrar en la isla caribeña, publica ABC de España.
El general retirado fue una de las personas de máxima confianza del expresidente Hugo Chávez, junto al que participó en el fallido intento de golpe de Estado de 1992 y al que el fallecido líder posteriormente confió el máximo cargo dentro de la Dirección de Inteligencia Militar (DIM). Carvajal es acusado por los Estados Unidos, junto a otros altos miembros del gobierno y del ejército de Venezuela, de colaborar con la narcoguerrila colombiana y facilitar el tráfico de drogashacia el país norteamericano.
Desde Washington esperaban la extradición del militar, pero el gobierno de Holanda, responsable de la política exterior de Aruba, decidió inesperadamente dejar en libertad y expulsar a Carvajal, de quien había dicho que no gozaba de inmunidad diplomática en el momento de su detención, ya que no había recibido aún el exequátur para ser cónsul de Venezuela en la isla antillana.
Las razones de su liberación no han sido claramente explicadas por las autoridades neerlandesas, que según Caracas han reconocido mediante un comunicado enviado al gobierno venezolano, que Carvajal sí gozaba de inmunidad y que ésta había sido violada, ya que de acuerdo a la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares, el exgeneral podía ejercer sus funciones de cónsul temporalmente mientras esperaba la aceptación formal por parte del gobierno de los Países Bajos.
Nicolás Maduro calificó como «valiente» la decisión del ejecutivo de Holanda y dijo que representaba un «triunfo» de la diplomacia venezolana en un «conflicto creado por el intervencionismo de los halcones imperialistas de Miami». A Estados Unidos no le sentó bien la decisión tomada por La Haya, con la que se ha mostrado «decepcionado» al haber usado el argumento de la inmunidad «más allá de las normas internacionales establecidas» y ha acusado a Caracas de haber «amenazado a Aruba y Holanda para obeterner ese resultado».
No ha habido consenso entre los juristas sobre la aplicación de la Convención de Viena y tampoco sobre los analistas sobre las razones por las cuales Holanda habría cedido ante Venezuela en este caso. Sin embargo, algunos afirman que el gobierno de Nicolás Maduro habría amenazado con suspender los vuelos que comunican la isla con Venezuela y cerrar la refiniría de propiedad venezolana en Curacao(también parte del Reino de los Países Bajos) que da empleo a unas 8.000 personas. El político opositor y exembajador venezolano ante la ONU Diego Arria apuntó en declaraciones al periódico «El Nuevo Herald» que la petrolera anglo-holandesa Shell habría visto peligrar sus intereses con la venezolana PDVSA.