“Julián, entra que encontré las toallas húmedas y la cola está corta”, esa fueron las palabras que dijo la señora Mabel Guevara cuando le avisó por teléfono a su esposo que la esperaba dentro del carro en las afueras de Farmatodo. Transcurrieron unos segundos y Julián se colocó en la fila con su señora para hacer la compra del producto que tenían un mes sin conseguir. El Tiempo
Ambos tienen un hijo que en octubre cumplirá dos años. “Lo más difícil ha sido comprar toallitas húmedas, compotas, leche y pañales. Como los dos trabajamos sólo podemos recorrer las farmacias luego de las 6 de la tarde y los fines de semana buscamos en los abastos. La tarea no es nada fácil. Recorremos Puerto La Cruz, Barcelona y Lechería”, indicó la señora Guevara.
Poca variedad
Ante la escasez de productos para bebés, no hay muchas marcas para elegir. “Aquí la gente se lleva lo que llegue, sin importar la marca o el tamaño. Es mejor tener algo que nada. Yo por lo general le compraba pañales Huggies a mi bebé porque son más absorbentes y con eso aguanta toda la noche para dormir, pero con esta crisis me tengo que conformar con lo que vendan”, dijo Amanda Becerra, quien tiene un hijo de ocho meses de nacido.