Ya sea porque son producidos bajo condiciones insalubres, contienen ingredientes peligrosos, carecen de sustancias claves, ya cumplieron su vida útil o porque son presentados con un etiquetado inadecuado, los medicamentos ilícitos pueden acarrear problemas de salud graves al consumirlos. Dado que todos o la mayoría tienen alterada su composición, no cumplen con la función final y el paciente no encuentra el alivio para su condición.
“Estos fármacos contienen desde mezclas aleatorias de sustancias tóxicas, hasta preparaciones inactivas e ineficaces. Su origen es desconocido y su contenido poco fiable. Siempre son ilegales porque no cuentan con un registro sanitario y se expenden en sitios no autorizados para su venta”. Esas fueron algunas de las especificaciones ofrecidas por Mercedes Santana, directora de asuntos técnicos de la Cámara Venezolana del Medicamento (Caveme) para identificar los medicamentos ilícitos.
Muchas personas caen en la trampa de los falsificadores y acaban recibiendo fármacos que nada tienen que ver con lo que necesitan. “Lentejas recubiertas con una mezcla roja son ofrecidas como multivitamínicos. Otras pastillas son preparadas con alimento para animales y coloreadas con anilina, pintura usada para la señalización de las calles. Hay tabletas que contienen aserrín y hasta tierra, o medicamentos para el tratamiento del cáncer para los que usan como solvente la acetona”, son algunos de los engaños mencionados por Santana.
La representante de Caveme afirmó que la venta descontrolada de medicamentos ilegales puede suponer un riesgo para la salud pública mundial, ya que deliberadamente y de forma fraudulenta intentan hacerse pasar por auténticas medicinas aprobadas. Los pacientes al no ser tratados correcta y oportunamente pueden afrontar la progresión de la enfermedad y complicaciones que conlleven a una discapacidad, la resistencia al tratamiento e incluso la muerte.
A esto último, la especialista refirió que según estadísticas de África aproximadamente se contabilizan 700.000 muertes por consumo de fármacos ilícitos contra la malaria y tuberculosis. Incluso destacó que entre las estrategias de distribución se encuentra la donación. “El delito puede llegar a través de la ayuda humanitaria”, dijo.
Recomendó la evaluación del empaque del medicamento antes de su compra: “Se debe verificar si tiene registro sanitario, fecha de vencimiento, si las letras están en idioma español y los colores.” De la misma forma, recalcó la importancia de adquirir estos productos a través de redes de farmacias formales y no en bodegas, kioscos o internet.
Las declaraciones de Mercedes Santana se produjeron en el marco del Foro de Ilícitos Farmacéuticos y Salud Pública, realizado por la Cámara Venezolano Británica de Comercio, en colaboración de la Cámara Venezolana del Medicamento (Caveme), Fedeuropa y el Escritorio Jurídico Baker & McKenzie.