Hubo una vez, hace ya un tiempo, una empresa dedicada al negocio petrolero: la revolución la calificó como la Vieja Pdvsa en contraste con la Nueva surgida en el fragor de los despidos de los 20.000 gerentes y técnicos llevados a cabo por Chávez en medio de un Aló Presidente.
Pues bien si analizamos detenidamente los resultados de la Vieja vs la Nueva comprobamos que aquella cumplió su rol en 25 años de operación: exploraba y llevó las reservas a 78 MMMB; producía crudo a un ritmo promedio superior a los 3MMBD con una nómina de 40.000 personas, internacionalizó la industria comprando refinerías y almacenes en EEUU, el Caribe y Europa asegurando su capacidad de refinar crudos extra pesados; llevó a cabo la apertura petrolera con la participación transparente de docenas de empresas extranjeras dedicadas a desarrollar la FPO y a recuperar pozos abandonados; adelantó programas de RRHH para que los empleados de la empresa pudiesen hacer carrera dentro de ella en base al mérito; logró autofinanciar sus programas y planes, con las utilidades obtenidas, los cuales se terminaban de acuerdo a la programación establecida; estaba por principio prohibida la política partidista e implantó los presupuestos por programa. En fin una joya.
En contraste la Nueva Pdvsa incumplió reiteradamente sus planes en particular el Plan de Negocios 2006-2012 que planteó elevar la producción de crudo a 5.8 MMBD y construir nuevas refinerías; incrementar la producción de la FPO y construir nuevos mejoradores, oleoductos y puertos de embarque; aumentar la producción de gas no asociado para satisfacer la demanda interna y exportar excedentes. Se descuidó la formación de personal, se politizó la empresa, asumió roles ajenos al negocio petrolero, le entregó parte del negocio a empresas extranjeras sin capital ni tecnología y se endeudó externamente con la emisión de bonos en dólares e internamente con créditos del BCV para cubrir gastos. Hoy la Nueva Pdvsa, produce medio millón de barriles menos mientras su nómina se ha incrementado tres veces. Una verdadera pesadilla .
Los nombramientos efectuados la semana pasada al frente de la empresa no auguran un futuro promisorio puesto que no garantizan los cambios necesarios. A Rafael Ramírez, responsable de la noche de Pdvsa, lo sustituye Eulogio del Pino, que aun reconociéndole un mejor currículo, acompañó a aquel, sin cuestionamiento, en la destrucción de la estatal petrolera.
Juan Antonio Muller
Juaamilq249@cantv.net