Una jornada de trabajo para la terapeuta Sarah White comienza con una visita a su sitio de internet. Enciende la web cam y charla con sus pacientes mientras se saca la ropa poco a poco. La neoyorquina revolucionó el mundo terapéutico y afirma que él o la paciente “pueden usar el poder de excitación para ganar más control sobre sus vidas”.
La joven terapeuta de 24 años asegura que el objetivo de esta práctica es “mostrarle al paciente que no tengo nada para esconder y alentarlo a ser más honesto”. White, a medida que transcurre la sesión va despojándose de sus prendas de vestir hasta quedar completamente desnuda.
Las sesiones incluyen principalmente charlas sobre temas sexuales, traumas de la niñez y falta de autoestima. La terapeuta, aplica técnicas de psicoanálisis de Freud, la psicoterapia y la terapia conductual y afirma que sus pacientes “simplemente buscan el entendimiento y el sentirse apreciados”.
Entre sus pacientes se encuentran algunas personalidades, en su mayoría son hombres estudiantes o de mediana edad y alguna que otra mujer que se anima a probar la experiencia. Todos ellos son libres de elegir si desean sacarse la ropa o no.
Mientras tanto, otros especialistas de Estados Unidos no apoyan la iniciativa de la terapeuta puesto que la tratan de “pornografía blanda”. Sin embargo, esta técnica no es ninguna novedad ya que fue aplicada en los años 70 por el especialista Bimdrim.
Las sesiones de Bimdrim consistían en charlas grupales que duraban duraban entre 24 y 36 horas donde se desarrollaban juegos donde los pacientes adoptaban roles con experiencias traumáticas y ejercicios de tocamientos en la piscina. Una de las técnicas más famosas que utilizaba era la de hacer mirar a sus pacientes de manera fija los genitales de sus compañeros mientras hablaban sobre las experiencias sexuales por las que se sentían más culpables.
La pregunta es, ¿los pacientes acuden a estas prácticas realmente para solucionar sus problemas y traumas mentales o es sólo una nueva forma de divertirse?
Vía 24con.com