Le propongo un ejercicio al amigo lector: haga una encuesta, de esas boca a boca, de radio bemba, realícele tres preguntas a su entorno más cercano. La primera sería, ¿Cómo califica la situación del país actualmente? La segunda, ¿Cree usted que el régimen de Nicolás Maduro sea capaz de sacarnos de la crisis actual? La tercera, ¿Cree usted que un gobierno de coalición opositor pueda sacarnos de la actual crisis? Me atrevo a vaticinar que sus respuestas en el mismo orden de las preguntas serán en un 70%: Mala, No, No. Ajá, ¿Y entonces, cómo salimos de la actual crisis?
Que quede algo claro, cada día que pasa, las opciones son cada vez menores y el viraje, si es que lo hay, será más brusco y traumático. El régimen, que cada momento que se siente en peligro, negocia por debajo de la mesa, buscó en el diálogo con el empresariado, y con algunos sectores políticos, tiempo para poder agarrar oxígeno y continuar radicalizando su modelo de control total. ¿Y de este lado qué hace la mayoría de las organizaciones políticas? Solo organizan actividades para mejorar su padrón y caudal electoral, de cara a unas elecciones parlamentarias, que aparte de bien lejos, no sabemos si se darán. Bien lo decía un médico en un reunión a la que asistí “Cuando al régimen le da cáncer, la oposición contrae HIV”.
Hace una semana, en Valencia, en el sector la pastora, cercano al centro de la ciudad, mataron de manera brutal y sanguinaria a una señora odontólogo, madre y esposa, con una gran trayectoria profesional importante en esta ciudad, mientras pasaba su consulta. La respuesta de los cuerpos de seguridad del estado Carabobo, cuya cabeza es Francisco Ameliach, fue tomar los distribuidores de las primeras arterias viales del estado, pero no para resguardarnos del hampa, sino para mantener en una posición preventiva, a la guardia “del pueblo” y a la policía, por una convocatoria de protestas que estaba rodando en el internet. Queda demostrado que es prioridad para el régimen nacional y regional evitar a toda costa que la gente manifieste su descontento antes que solucionar las causas que generan la mala calidad de vida y la inseguridad.
Mientras todos los sectores no entendamos que a este régimen no hay que ganarle sino sacarlo, lamentablemente se van cerrando las opciones, quedando ya casi de última pero como opción al fin, facilitarle las condiciones al sector institucional castrense para que invocando los artículos 333 y 350 de la CRBV le devuelvan la legalidad a las instituciones del Estado, pudiendo constituir una junta de transición que dé paso a una Asamblea Nacional Constituyente reformulando y replanteando el nuevo pacto social de la nación.
Solo espero que, mientras eso sucede no siga recibiendo llamadas de familiares y amigos, para despedirse pues se van del país, para dar la lamentable noticia que alguien cercano fue robado o muerto a manos del hampa, para avisar que se encuentran en el palacio de justicia o una clínica pues las fuerzas de represión agarraron a su hijo(a) en una protesta por los cortes de agua o electricidad, para ofrecer su negocio o bienes porque es insostenible la situación económica y necesitan resolver algo de liquidez, o simplemente desesperados buscando medicamentos que no se consiguen.
Bienvenidos a la Venezuela del “madurismo”, donde los hampones están libres y quienes protestan por ello los encarcelan. Lo bueno de las peores tormentas es que aunque causan mucho daño, duran muy corto tiempo.
@dimitrybelov