Nada mejor en el mes de la Herencia Hispana dentro del béisbol profesional de las Grandes Ligas que tener a un joven pelotero venezolano, como es el segunda base José Altuve, de los Astros de Houston, convertido en el líder de bateo de las mayores y con nuevo récord de equipo incluido.
Pocos apostaban que Altuve, de 24 años y una cuarta temporada en las mayores, cuando era un niño en su natal Maracay (Venezuela) pudiese no sólo ser un jugador profesional en el mejor béisbol del mundo, sino que además fuese también el hombre de los Astros y el líder indiscutible de la franquicia tejana.
Sin embargo, la disciplina, la confianza en sí mismo, el espíritu de superación, el amor al béisbol y sobre todo la rebeldía de demostrar que estaban equivocados a todos los que pensaron que no reunía las condiciones físicas para ser pelotero le han llevado a lo más alto y a conseguir grandes metas.
La última fue nada menos que superar la marca de equipo de todos los tiempos de imparables en una sola temporada al conseguir 213, dejando como algo del pasado los 210 que había logrado el legendario Craig Biggio durante la campaña de 1998.
Pero Altuve también lidera las mayores en promedio de bateo con 344 y es el líder de la Liga Americana en bases robadas con 53, lo que hace que viva una temporada de ensueño porque el equipo ha ido a más y están cada vez más cerca de volver a tener marca ganadora.
Si en el diamante, Altuve es todo potencia y dinamismo, a pesar de tener sólo una estatura de 1,68, factor que fue lo que hizo que muy pocos pensasen que pudiese llegar a las Grandes Ligas, fuera su sencillez, humildad, compañerismo y amabilidad lo hace ser, de verdad, un “pequeño gigante”.
El detalle que tuvo el pasado martes cuando batió la marca de Biggio quedará grabado para siempre en la retina de los 18.381 espectadores que se dieron cita en el Minute Maid, de Houston.
Altuve saludó desde la segunda almohadilla a Biggio, quien estaba presente en el Minute Maid Park, y también el que más le aplaudió, al margen de haberlo visitado antes durante la sesión previa de bateo para animarle a que pegase los dos imparables que le faltaban y más adelante le felicitó por haber batido su marca.
“Él (Biggio) me dijo, ‘felicidades, sigue dando tus swings'”, declaró Altuve.
“Eso significa mucho viniendo de su persona, pero la mejor sensación de mi vida es ver cuando tus compañeros te dan el apoyo de la manera que lo han hecho conmigo y eso te hace sentir completo y jugar cada día al ciento por ciento”, agregó.
El momento histórico fue la culminación de una temporada improbable e increíble del segunda base de Houston, que ha mostrado una notable habilidad de hacer contacto con la bola.
“Tengo que salir a terminar fuerte la temporada”, insistió Altuve.
“Debemos ganar un par de juegos más para ponernos en buena posición, entonces fue bueno dar el 211 para que la gente pueda dejar de hablar de eso y podamos salir a jugar”, aseveró.
Altuve no quiere hablar de marcas, ni de sus logros individuales, lo que le interesa es seguir creciendo como beisbolista y ayudar a los Astros a estar la próxima temporada en la fase final.
Pero los números y las estadísticas son parte vital dentro del deporte pasatiempo nacional y Altuve se convirtió en el primer jugador de los Astros en registrar seis juegos seguidos con dos imparables o más desde que lo hizo Hunter Pence en el 2011.
El pelotero venezolano también está cada vez más cerca de convertirse en el primer jugador en la historia de los Astros en ganar un título de bateo dentro de las Grandes Ligas.
Lleva 64 juegos de dos imparables o más, un récord de la franquicia de los Astros, y es uno de sólo cuatro jugadores desde 1900 en tener por lo menos 213 imparables, 43 dobles y 53 bases robadas en una temporada.
“Sé que la gente se ha sorprendido algo por mi temporada, y yo también”, admitió Altuve.
“Me preparé todos los días y estoy trabajando muy duro. No estoy tratando de hacer demasiado, sino lo que sé hacer. No quiero desperdiciar turnos, sino luchar cada uno de ellos. Esa ha sido la clave este año”, dijo.
Ahora que está en la cúspide de un título de bateo, el enfoque de Altuve no ha cambiado, sino sigue siendo el mismo del invierno pasado, trabajar a fondo y ser un ejemplo a seguir dentro de la comunidad hispana.
“Llegué al invierno con una mentalidad de trabajar fuerte y tratar de ponerme al ciento por ciento de condiciones para llegar a la temporada y ayudar a mi equipo”, reiteró Altuve.
“Ahora mi meta no será otra que dar el siguiente paso y llegar a la fase final”, aseguró.
El piloto interino de los Astros, Tom Lawless, que ha sido uno de los que ha seguido mejor que nadie el “crecimiento” deportivo de Altuve, dijo que el gran mérito del “pequeño gigante” es que se ha convertido en el “modelo” a seguir tanto por sus compañeros como por lo jóvenes que buscan superarse y desean alcanzar sus metas. EFE