Estados Unidos no se interpondrá en el camino de Venezuela para que el país sudamericano obtenga un asiento temporal en el Consejo de Seguridad de la ONU para 2015-2016, luego de que estados latinoamericanos y del Caribe respaldaron por unanimidad su postulación, dijeron fuentes.
La postura de Estados Unidos contrasta fuertemente con su posición en 2006, cuando Washington realizó una exitosa campaña contra la pretensión venezolana de unirse al Consejo de 15 naciones, el único organismo de la ONU que tiene la facultad de autorizar sanciones o el uso de la fuerza militar.
En esa ocasión, Venezuela no pudo asegurar el requisito de tener una mayoría de dos tercios de los votos en la Asamblea General para su postulación, luego de decenas de rondas de votaciones secretas.
La campaña de Estados Unidos contra Venezuela llegó luego de que el fallecido líder venezolano Hugo Chávez comparó al ex presidente George W. Bush con el diablo, en Nueva York, en el 2006.
“Ayer el diablo estuvo aquí. Huele a azufre todavía”, dijo Chávez, un día después de la presentación de Bush, en el mismo podio, ante los Estados miembros.
Pero las cosas son distintas ahora y Venezuela integrará el Consejo los dos próximos años si logra asegurar la mayoría de dos tercios requerida en la Asamblea General que reunirá a los 193 miembros, en una elección que se llevará a cabo en octubre.
Un destacado asesor del Congreso estadounidense dijo que Washington no va a llevar adelante esfuerzos contra Venezuela. “La gente está resignada”, dijo. Diplomáticos de la ONU y otras fuentes de Estados Unidos confirmaron que no hay campaña en contra.
No obstante, Washington está claramente descontento con la idea de que Venezuela llegue al Consejo de Seguridad.
“Los grupos regionales tienen la responsabilidad de presentar candidatos que respalden los principios de la Carta de la ONU, contribuyan al papel del Consejo de Seguridad en el mantenimiento de la paz y la seguridad, y apoyen y avancen en los derechos humanos”, afirmó Kurtis Cooper, viceportavoz de la misión estadounidense en Naciones Unidas.
“Nuestras preocupaciones con el historial de Venezuela en materia de derechos humanos y gobierno democrático son bien conocidos”, agregó Cooper, quien declinó comentar si existen consultas diplomáticas en segundo plano.
Es probable que Venezuela use su asiento en el Consejo como plataforma para respaldar a aliados como Siria y Rusia en sus pulsos diplomáticos con Washington, como parte de un esfuerzo más amplio de continuar la política exterior antiestadounidense de Chávez.
Caracas incluso nombró a una de las hijas del fallecido líder, María Gabriela Chávez, como embajadora alterna ante Naciones Unidas. Reuters