La confrontación entre el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto y el gobernador de Texas, Rick Perry, está llegando al límite.
Ambos políticos protagonizan un intercambio desde hace una semana, cuando Peña Nieto manifestó su descontento con la orden de Perry de desplegar a mil elementos de la Guardia Nacional en la frontera sur de Texas para combatir la migración.
“No sólo es desagradable, sino yo creo que es condenable”, declaró el priista a El Universal, “me parece que es una política completamente des-aceptada que no se inscribe en el espíritu de cordialidad y buena amistad entre dos países.
“Particularmente esto ocurre en el estado de Texas, cuando observamos que otros estados de la Unión Americana han, sin duda, cambiado su política, la han hecho mucho más amigable”.
Al insistir en que México es responsable de la crisis migratoria de miles de niños que llegan solos a Estados Unidos (EU), Perry censuró al Gobierno mexicano en una carta enviada el miércoles.
“Nuestros actuales desafíos son en parte una consecuencia del fracaso del Gobierno de México a la hora de asegurar su frontera sur de la inmigración ilegal de niños no acompañados y otros individuos procedentes de Centroamérica”, sentenció Perry.
“O de desplegar recursos adecuados para controlar los elementos criminales en México”, añadió el republicano, quien busca contender por la presidencia en el 2016.
De hecho, analistas estadounidenses advierten que el político texano realiza una campaña contra México para posicionarse como fuerte presidenciable.
Esto, agregan, contrasta con otros gobernadores estadounidenses que prefieren acercarse a la Peña Nieto para mejorar sus bonos políticos.
La jugada de Perry
Especialistas de EU coinciden en que Rick Perry quiere apelar a la base más conservadora del partido republicano para afianzar su popularidad y que por ello está usando un fuerte discurso antimigrantes.
“Sus críticos dicen que la postura de Perry está cambiando conforme se posiciona para otra carrera presidencial”, publicó ayer The Washington Post.
“Mientras el gobernador sostiene que el despliegue de la actual Guardia Nacional es necesario para ayudar a los federales a lidiar con el flujo de menores no acompañados que llegan de Centroamérica, muchos demócratas dicen que sólo es un ‘show’”.
El político republicano ya había aprovechado temas preocupantes para los estadounidenses para posicionarse.
Así lo hizo el 21 de agosto, cuando sugirió que terroristas del Estado Islámico de Iraq y Siria (ISIS) estaban entrando a EU por el límite con México.
“Hay obviamente una gran preocupación debido a la condición de la frontera de no ser segura y a que desconocemos quien la está penetrando, que individuos de ISIS o de otros estados terroristas (pudieran cruzarla), y creo que hay una posibilidad muy real de que eso ya haya pasado”, dijo frente a conservadores de la Heritage Foundation.
Los ‘amigos’ de México
“En cuanto a los gobernadores de EU, Peña Nieto tiene sus favoritos y sus no-tan favoritos”, escribió Rubén Navarrete Jr en CNN, “en el primer campo está el gobernador de California, Jerry Brown, quien parece ser el nuevo ‘BFF’ del presidente por perseguir una agenda progresiva para los mexicanos en el Estado Dorado.
“En el segundo campo es probable que encuentres a Rick Perry, quien está preparándose para la apuesta presidencial con una táctica de miedo anti-México”.
Durante el viaje del mandatario priista a California, el 25 de agosto, el diario Los Angeles Times reportó que Peña Nieto podría traerle “dividendos políticos” a Brown al momento de reelegirse, pues más del 19 por ciento de los votantes son latinos.
El gobernador de Nueva Jersey y uno de los favoritos para ser candidato a la presidencia, Chris Christie, visitó México la primera semana de septiembre en un viaje de comercio con el que buscaba atraer apoyo del electorado hispano.
Tras su visita, la presidenciable preferida de los demócratas, Hillary Clinton, vino al país a un evento de la fundación del multimillonario Carlos Slim.
En septiembre del 2013, otro aspirante demócrata, el vicepresidente de EU Joe Biden, visitó México para aplaudir las reformas de Peña Nieto.
Vía Reporte Indigo