Las suegras tenemos mala fama… tanta, que las comedias están llenas de alusiones peyorativas a las suegras que suenan muy graciosas hasta que eres suegra y el exceso de chistes se convierte en insultos. La mayor parte de los chistes ridiculizando a las suegras están basados en las relaciones con yernos. Sin embargo, la ciencia parece indicar que la relación suegra-nuera es más difícil debido a errores que cometen las suegras. Los más comunes son:
1. Visitar sin previo aviso. Esta es la queja más universal, dice el psicólogo Terry Orbuch, profesor de la Universidad de Michigan, quien ha dirigido un estudio de los Institutos Nacionales de Salud sobre matrimonio y divorcio, siguiendo a cientos de parejas durante 26 años. “Las nueras necesitan autonomía, independencia y cuando la suegra llega sin avisar, pasa por alto ese derecho”, dice Orbuch. Además, puede interferir con planes y compromisos de la pareja. Suegra: evita aparecerte sin avisar y si ya lo hiciste, discúlpate. Cuando quieras visitar, pregúntale a tu nuera qué día y a qué hora te pueden recibir.
2. Pretender que la nuera la llame “mamá”. La nuera ya tiene una madre y no es realista pretender que tu nuera tenga contigo la misma relación que con su madre. Al fin y a la postre, la suegra es la madre del esposo y por más cariño que haya, sangre pesa más que agua. Suegra: exprésate disponible para ayudar y manifiesta tu cariño de otras maneras, sin confundir los roles.
3. Dar consejos que la nuera no ha pedido. El consejo no solicitado suena como una crítica. Es como decirle: “Yo soy la que sabe. Sales mejor si haces las cosas a mi manera”. Suegra: muérdete la lengua, a menos que te pregunten. Si algo no te gusta, mira hacia el lado opuesto aunque a veces no sea fácil.
4. Criticar a sus nietos. Se supone que la abuela quiere a los nietos incondicionalmente y señalar sus defectos es como criticar la crianza que están recibiendo. Es arena movediza porque cualquier pregunta se puede interpretar como que estás juzgando lo que hace tu nuera y las madres son todas iguales, según Orbuch; pueden tener hijos insoportables, pero no permiten que otros lo digan, aunque sean sus abuelas. Suegra: concéntrate en las cosas que te gustan de tus nietos.
5. Hablar a sus hijos sobre sus esposas. Esto es un ¡no, no! Quejarte a tu hijo sobre su esposa lo pone en una posición muy difícil y él debe impedirlo de inmediato porque le debe lealtad y protección a su esposa. Muchos no lo hacen así y cuando le cuentan a su esposa, ella se enoja con su suegra y todos salen perjudicados. Suegra: habla directamente con tu nuera de lo que te hiere o molesta, sin acusarla, sino en términos de cómo te sientes. Esa fue la mujer que tu hijo escogió; contribuye a “llevar la fiesta en paz”.
El rol de suegra (por bien intencionada que ella sea) requiere adiestramiento especializado (créeme) y como toda relación humana y familiar, ambas partes (suegra y nuera) deben establecer sus pautas. La suegra se esfuerza en no cometer los errores señalados (y otros más) y comparte con su nuera los siguientes 12 comentarios para una mejor convivencia:
1. La relación con mi hijo es diferente ahora; tú estás al mando de su hogar. Solo recuerda que yo aún soy su mamá, tenme en cuenta y honra mi relación con él.
2. Acéptame y respétame como soy, igual que yo te acepto y respeto como eres. No intentes cambiarme. Yo hago las cosas de manera diferente, aprendí otras maneras, tengo mis creencias y crecí en otra época.
3. Por favor, respeta mi edad y mi experiencia. Sin ofenderte o ser una intrusa, a veces querría compartir contigo mi experiencia, si te ayuda. Pregúntame cuando te pueda ser útil.
4. Intenta entender lo que ocurra. Cuando hay problemas en las relaciones familiares, cada cual debe pasar por alto con gracia las pequeñas cosas y si no puede, debe abordar los asuntos con bondad. Rechaza la amargura. No juzgues. Las historias siempre tienen dos lados.
5. Recuerda que somos familia. Por favor, inclúyeme en algunas de las actividades y tradiciones familiares. Me gusta compartir como una familia grande. También me encanta cuando me invitas a ir de tiendas.
6. Comunícate conmigo. No quiero sentirte distante y no saber por qué.
7. Conóceme como persona. Encuentra cosas que tengamos en común y disfrutemos juntas. Soy una persona con sentimientos, creencias e ideas que no son extensión del hombre con quien te casaste. Por favor, no me compares con tus padres y cómo ellos hacían las cosas.
8. Expresa claramente tus expectativas sobre mí en tu hogar. A veces interpretas como crítica mi deseo de ayudar. No pretendo eso. Me ayudaría si me dices de qué manera prefieres mi ayuda.
9. Ayúdame a conocer a mis nietos.
10. Toma tiempo para expresar gratitud cuando te envío un obsequio y cuando me visitan mi hijo y tú.
11. Háblame sobre temas difíciles. Si en algún momento sientes que te ofendí, dímelo. No soy perfecta. Asumamos que las dos hacemos lo mejor que podemos.
12. Gracias por creer en mi hijo, amarlo y alentarlo a mantenerse conectado conmigo.
Vía Contexto.com