El escritor uruguayo Eduardo Hughes Galeano, explica en su renombrada obra”Las venas abiertas de América Latina” (1970), toda una historia de saqueos, latrocinios y depredaciones en la región desde la conquista. Quiero repasar sus líneas gruesas, mismas que el periodista reconoce haber escrito sin saber de economía ni de política, por lo que él “no las volvería a leer”. Chávez obsequió el manual a Obama (2009) en la CDA. Jamás pensó el caudillo que muchas de las ‘denuncias” de Galeano, aplicarían a la medida a su revolución Bolivariana. ¿Lo habrá leído Obama?
No deseo desempolvar reflujos dolorosos por la rapiña del oro en los altos del Potosí o las minas de Gerais; la expoliación hispana del azúcar en Cuba, Puerto Rico, Zacatecas, Guadalupe, Dominica o Trinidad; del cacao en Venezuela; del café en Colombia o en Salvador de Bahía; o la neo-esclavitud del caucho, el algodón y el banano en Guatemala, El Salvador y Nicaragua. Si quiero valerme de la misma dialéctica fenomenológica de Galeano, para hablar del nuevo asalto -también rapaz y desde la izquierda- de “las riquezas de nuestra patria”. Hablo de la toma de nuestro petróleo por Cuba, objetivo que Fidel jamás perdió de vista y que fue con la llegada de HCH, cuando le echaron mano. La firma del Convenio de Cooperación entre Venezuela y Cuba (2000), permutando médicos por crudo, puso la estampilla. Pasados 14 años de dación petrolera a la isla, la ranura ha abierto las venas de nuestras finanzas públicas. 40MM de barriles-año y a lo menos 30Billones/$ a la zafra, han hecho de este “atrincherado mercantil”-raro para ser socialista -sic- una ligadura imperial, cómo la complicidad que denunciaba Galeano “entre EEUU y los dictadores Maximiliano Hernández en El Salvador, Jorge Ubico en Guatemala, Tiburcio Castrias en Honduras y Anastasio Somoza en Nicaragua, para tenerles 20 años agazapados en el poder”. ¿A quién atrinchera hoy el petróleo venezolano? Lea Obama, lea por favor… Porque tanto se mantiene Cuba y su dictadura en sitio, y Venezuela y sus nuevas elites al mando, con dinero de EEUU y nuestro petróleo, como bochas latinas atornilladas, permanecieron en el pasado.
Galeano escribió: “América Latina, la región de las venas abiertas. Desde el descubrimiento hasta nuestros días todo se ha trasmutado en capital europeo o norteamericano… Todo: la tierra, sus frutos y sus profundidades ricas en minerales; los hombres y su capacidad de trabajo y de consumo… han sido determinados desde fuera por su incorporación al engranaje universal del capitalismo”. Y hoy nos preguntamos: ¿a dónde ha ido nuestra riqueza petrolera en los últimos tres lustros? ¿Cómo han quedado “trasmutados” los ingentes capitales recibidos todos estos años (un millón y medio de millones de dólares), que sin duda superan todo el cacao, café, oro, azúcar que se sacó y vendió desde la llegada de Colón y todo el petróleo negociado desde su primera gota en Zumaque 1. ¿Cuánto se ha endeudado sin medida a Pdvsa? ¿Cuánto sin razón al país? Galeano: ¿qué hubiesen pensado Villa o Emiliano Zapata quienes lucharon contra la dictadura de Porfirio Díaz; contra Madero, Huerta y Venustiano Carranza por “reivindicar 7 siglos de campesinos sin tierra” (Ob cit.), si hoy ven 4 millones de hectáreas expropiadas (Venezuela) sin campesinos y sin comida?
Nos recuerda Galeano: “desde 1922 a raíz del descubrimiento del petróleo en Venezuela, EEUU acomodaron una clase dirigente dócil a los intereses norteamericanos. Y le pregunto al escritor de “memoria del fuego”, si ha tenido noticia de un movimiento político en la historia de Latam, que haya manejado tanto dinero, tanto dominio, tanto poder, con tanta postración e idolatría a un régimen -Cuba- como el de Chávez. ¿Qué clase dirigente ha sido más sumisa al metal (que a la palabra de Bolívar) que “la bolivariana”? Dígame Galeano: ¿no están abiertas las venas de Venezuela y del propio Bolívar? ¿No somos un pueblo pillado y desvalijado? ¿Somos otra historia que no se quiere leer, por no querer ver lo que no se quiere reconocer? “La fiebre del oro, la fiebre del azúcar, de la plata, del caucho o del estaño, como las describe Galeano, jamás sembraron tantos monarcas como los que ha coronado “la fiebre petrolera” de la Venezuela Bolivariana. “Historia de muerte temprana” de una nación oprimida, por la negación del derecho y por la más penetrante tozudez -por no decir capricho- en imponer un modelo que solo comprende de saturación socialista. Galeano ya Ud. ha escrito esta historia. Reedítela. Cambie nombres de “galeones y corsarios” y tendrá lo mismo y peor. Por cierto, anclarse en la dialéctica del pasado no es bueno. Revivir la crudeza de Cortés, de Pizarro o el levantamiento de Túpac Amaru, después de 200 años de vida Republicana, es morbo, es desquite, es sed de venganza. Y ello desgarra más las venas…
Ojalá Obama lea Las venas abiertas de América Latina. Es mucho lo que podrá “copiar” letra a letra de las venas abiertas de Venezuela.
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