La Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo hoy que está recibiendo preguntas de donantes y organizaciones con las que colabora sobre los requerimientos para acelerar el uso de la terapia experimental contra el ébola basada en la sangre de pacientes que se han recuperado.
Los interesados en financiar esta forma de tratamiento -utilizada en extranjeros y en algunos pocos trabajadores sanitarios locales que se contagiaron- desean conocer las necesidades en términos de personal y la formación que requieren, así como de equipamiento y suministros, y lo que ello costaría.
Los anticuerpos presentes en la sangre de alguien que ha sanado del ébola sirven para que un enfermo luche contra el letal virus.
La directora general adjunta de la OMS, Marie Paule Kieny, explicó hoy que las terapias basadas en la sangre del convaleciente (plasma o suero sanguíneo) están generando “entusiasmo”.
De una parte porque son métodos que están disponibles de manera relativamente fácil y, de la otra, porque los países afectados “no tienen que esperar a que alguien los desarrolle”, como en el caso de los fármacos y vacunas, que dependen de las compañías farmacéuticas y laboratorios.
Kieny recordó que el suero sanguíneo es utilizado en otras terapias, además del ébola, “con un registro de seguridad que, en principio, es muy bueno”.
“La transfusión y la inoculación de suero (sanguíneo) son reconocidos como tratamientos seguros, pero no sabemos si será efectivo -en el caso concreto del ébola- porque no hay suficiente gente con la que se hayan probado”, explicó.
La OMS ha dicho al respecto que ya a mediados de los años noventa hubo una experiencia de transfusión de sangre sin procesar a ocho enfermos de ébola, de los que siete sobrevivieron, pero que al no haber existido un “grupo de control” no hay seguridad de que la recuperación se debió total o parcialmente a la terapia.
Del brote actual, la entidad cuenta con información sobre un puñado de casos de infectados que se recuperaron, pero a los que no sólo se administró plasma, sino también algún fármaco experimental y que, además, recibieron atención médica altamente especializada, lo que también pudo ser clave para su supervivencia.
Kieny reconoció que el uso de la sangre como terapia es una cuestión delicada en países donde los sistemas de salud funcionan en medio de la precariedad, por lo que se tiene que prestar gran atención a que los donantes pasen las pruebas sanguíneas necesarias.
Ello para garantizar que el virus del Ebola ya no está en su organismo, además de descartar la presencia de otras enfermedades.
La OMS favorece, en todo caso, la transfusión de plasma o suero sanguíneo por encima de la de sangre sin procesar.
Kieny confirmó que se esperan para antes del fin de este año los resultados de dos vacunas contra el ébola que están desarrollando las compañías GlaxoSmithKline (GSK) y NewLink Genetic.
La primera está realizando actualmente ensayos en Estados Unidos, Reino Unido y desde la próxima semana en Mali, y cree que podrá producir unas 10.000 dosis para inicios de 2015.
Por su parte, los ensayos de NewLink Genétic tienen lugar en Estados Unidos y próximamente en Alemania.
“Esperamos el resultado de las vacunas para antes de fin de año, si todo va bien, y empezar su uso en los países afectados a partir de enero”, declaró la representante de la OMS.
Aclaró, sin embargo, que no se planea ninguna vacunación masiva.
“Las cantidades (que se producirán) no lo harán posible, pero también porque aunque las vacunas han dado resultados prometedores en monos, los monos no son humanos”.
Además, “podría ser inseguro o no hacer nada en términos de protección, hay que ser prudentes”, agregó.
Cuando una o las dos vacunas experimentales estén disponibles, la prioridad será para el personal médico que atiende a los enfermos de ébola, así como para los contactos de éstos en sus comunidades. EFE