¿Qué tienen en común un ama de casa, un ingeniero, una abogada y una doctora? Los cuatro fueron a diferentes cadenas de supermercados en búsqueda de una aguja en un pajar. Ellos ingresaron al pasillo de los insecticidas y encontraron matarratas, pero ninguna de las seis marcas de repelente que se hallaban comúnmente en el mercado. Temerosos de que ellos o algunos de sus familiares puedan contraer dengue o, peor aún, el chikunguña -”la enfermedad del encorvado”-, siguieron su recorrido probando suerte en diferentes establecimientos pues los mosquitos surgen en la noche en busca de una nueva presa para cenar. laverdad.com / Cristina Villalobos
Cuatro gerentes, que prefirieron mantenerse en el anonimato, dejaron saber que los pedidos que usualmente llegaban cada 10 o 15 días ahora lo hacen irregularmente, “y no llega completo. De 20 cajas que se pedían, ahora nos dejan cinco o seis”, comentó uno de ellos. En otros locales más pequeños el producto ni siquiera llega. En Bicentenario, la cadena más variada del Gobierno nacional, desde hace dos meses tampoco se encuentra el repelente de mosquitos y no saben cuándo regresará a los anaqueles.
“Así como llega, vuela”, comentó el hombre alto, de voz gruesa y cabello oscuro encargado de un supermercado regional. El gerente comentó que el “bachaqueo” y la poca producción no ayudan a que este permanezca mucho tiempo en los estantes, a pesar de ser controlado por la Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos Socio Económicos (SUNDEE).
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