En trenes atestados y autopistas abarrotadas de autos, funiculares y taxis acuáticos, millones participan en un breve éxodo de población dos veces por día: el rito rítmico del viaje al trabajo y vuelta a casa.
Más de 300 millones de personas por día usan los sistemas de transporte en Estados Unidos y en 2012 el 76% de ellos fue al trabajo en su auto, según el Departamento de Transportes. No es casual que el tráfico sea tan lento.
La autopista atestada es un símbolo de la hora pico, pero de ninguna manera es el único.
En Sudáfrica, pasajeros valientes arriesgan sus vidas al aferrarse al costado de un tren. En Dubái, modernos metros elevados se deslizan junto a las torres futuristas, llenos de trabajadores migrantes que atienden los lujosos hoteles y centros comerciales. En Taiwán, las bicicletas se disputan las sendas con las motonetas. En La Paz Bolivia, el funicular más alto del mundo lleva miles de pasajeros entre la capital y el barrio de El Alto.
Fotógrafos de The Associated Press en todo el mundo salieron a ver cómo los trabajadores de cinco continentes realizan su viaje matutino y vespertino. Esta es una muestra de lo que hallaron. AP
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