El proceso de adaptación tanto en maternal como en preescolar y los años superiores, debe ser tomado con seria atención, como una de las tantas formas de ser amorosos y respetuosos con el ritmo evolutivo de los niños. Toda institución educativa tiene el deber no sólo de proponer e incluir el proceso de adaptación en sus planificaciones anuales, sino también el de informar a los padres los beneficios y el por qué se está haciendo este proceso.
Es recomendable que días antes de iniciar las clases, asistamos con el niño a talleres educativos que funcionan perfectamente como procesos de adaptación -especialmente para aquellos que no han ido nunca al colegio-, leer cuentos relacionados, contarles historias de familiares cuando comenzaron a asistir a la escuela, así como ir a la institución días antes del inicio de clases para que conozcan las instalaciones y jueguen en ellas. Esta preparación debe incluir mucho juego, cuento, fotografías y conversación en familia. Durante los primeros días, es importante que los padres pasen más tiempo en las aulas y puedan establecer un equipo de trabajo junto a la institución.
Como padres, muchas veces sentimos tristeza o culpa por dejarlos. Lo importante es abordarlo, teniendo presente que todo lo que hacemos es por el bienestar de ellos y de nosotros. Lo ideal es aceptar nuestras emociones, como la mejor forma de liberarlas. Es aconsejable para esta etapa conversar con la pareja, con los hijos y expresar las emociones a través de la escritura, de conversaciones con otros padres, así como crear un grupo donde la maestra pueda enviar fotografías de los chicos, entre otras opciones que nos permitan tener más tranquilidad.
Es importante que los padres no se vayan sin despedirse de sus hijos, y esto tiene una explicación no sólo emocional y psicológica, sino a nivel cognitivo, debido a que los niños -sobre todo en edad temprana- piensan que al desaparecer sus padres, desaparecerán por siempre, puesto a que ellos aún no saben qué esperar ante este tipo de situaciones.
Las despedidas no tienen por qué ser tristes y esto va a depender de no apurarnos con el proceso de adaptación y de decirles la verdad de forma cariñosa. La educación respetuosa y amorosa no debe dejar pasar el llanto de un niño -tenga la edad que tenga. Si estás en un caso donde tu nene llora y llora, quizás no está preparado para entrar a un maternal.