Dana Vulin ostentaba feliz su hermosura. Su rostro lindo, siempre maquillado, perfecto era su “arma mortal” para enamorar y enamorarse. Hasta que una “rival femenina” no soportó tener que competir por el amor de un hombre con ella e intentó quemarla viva. Ahora, después de dos años, está dispuesta a abandonar la máscara que lleva para ocultarse de la sociedad. Dice estar preparada.
Vulin sufrió quemaduras de tercer grado luego de haber sido rociada en alcohol y prendida fuego por otra mujer, celosa por su belleza natural. Casi el 65 por ciento de su cuerpo quedó alcanzado por las llamas. Su vida corrió peligro y estuvo al borde de la muerte. La que intentó asesinarla se llama Natalia Dimistrovska, quien cumple una sentencia de 17 años tras las rejas.
“Sin la máscara no podía estar donde estoy ahora”, cuenta Vulin sobre su experiencia, pero recuerda que los años que estuvo cubierta por ella fueron durísimos: “He estado sin rostro y me hace sentir como la nada misma”.
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