La ministra española de Sanidad, Ana Mato, confirmó este lunes el contagio por ébola de una enfermera del hospital Carlos III de Madrid que atendió en este centro al misionero Manuel García Viejo, fallecido el 25 de septiembre a causa del virus que contrajo en África.
En una conferencia de prensa, la ministra aseguró que se busca cuál pudo ser la fuente de contagio.
También dijo que en este caso se habían seguido todos los protocolos recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y aprovechó para lanzar un mensaje de tranquilidad a la población.
La infectada es una profesional de enfermería que estaba de vacaciones desde el día siguiente a la muerte de García Viejo y que sólo entró en su habitación en dos ocasiones, una para atenderlo en vida y otra tras su muerte.
Las autoridades sanitarias madrileñas descartaron que la enfermera hubiese contraído el virus a través de una exposición accidental.
Subrayaron que la infección se genera mediante un contacto directo con los fluidos corporales en los que se encuentra el virus.
En sus dos ingresos en la habitación del religioso infectado la mujer llevaba la indumentaria de protección adecuada.
Esa indumentaria es controlada siempre en dos ocasiones, una por el profesional que la porta y otra por el servicio de prevención del centro sanitario.
El responsable de Atención Primaria de la región de Madrid, Antonio Alemany, explicó que el pasado 30 de septiembre la mujer empezó a mostrar una “sintomatología vaga” y se mantuvieron los controles.
La evolución de su estado llevó ayer a la decisión de ingresarla en el hospital de Alcorcón, una localidad próxima a Madrid, aunque en breve va a ser trasladada al Hospital Carlos III de la capital española.
En este centro especializado fueron tratadas las dos víctimas mortales del ébola en España, García Viejo y el también religioso Miguel Pajares, de 75 años, quien falleció el 12 de agosto.
En ambos casos habían sido repatriados desde África por las autoridades españolas. EFE