Un desplome repentino en el precio del petróleo está enviando ondas de choque políticas y económicas alrededor del mundo. Las naciones exportadoras de crudo se están preparando para recortes presupuestarios potencialmente devastadores, mientras que los países importadores se están beneficiando de los precios más bajos en cuatro años, reseña Associated Press.
En Venezuela, el gobierno depende fuertemente de los ingresos petroleros para su gasto en proyectos de vivienda, organización de comunidades y otros programas sociales. Ahora, la producción de crudo cae en momentos en que el país necesita ingresos con desesperación. Este mes, la firma de análisis Stratfor Global calculó que Venezuela necesita vender petróleo a 110 dólares por barril para poder cubrir sus obligaciones.
El precio global del petróleo cerró el jueves a 84,47 dólares por barril, 27% menos que su nivel más alto del año. El consumo diario mundial de crudo es de 91 millones de barriles. Eso significa que los ingresos de los países y compañías productoras de petróleo están disminuyendo en hasta 2.800 millones de dólares por día, y los consumidores, fletadores y aerolíneas están ahorrando una cantidad comparable en pago de gasolina, diesel y combustible para avión.
“El problema es que los países se acostumbran a cierto nivel de ingreso, y luego gastan”, dijo Edward Chow, del Centro para Estudios Estratégicos e Internacionales. “Al principio parece como un golpe de fortuna, pero cuando dura suficiente tiempo, uno se acostumbra a ello”.
El precio global del petróleo se mantuvo relativamente estable durante casi cuatro años, promediando 110 dólares por barril. Un aumento en la producción en Estados Unidos, Canadá, Irak y otros países compensó la disminución de suministro por parte de naciones como Irán y Libia, y ayudó a cubrir la creciente demanda mundial.
El delicado balance ha sido puesto boca abajo por una economía global más débil. La demanda está disminuyendo mientras que la producción, particularmente en Estados Unidos, continúa aumentando.
Las economías impulsadas por el consumidor se benefician. Por ejemplo, los automovilistas en Estados Unidos están pagando en promedio 3,16 dólares por galón (83 centavos por litro) de gasolina, el promedio más bajo desde 2011, lo que les permite tener más dinero para gastar.
“Si esta caída se mantiene donde está, ello sería en efecto un crédito fiscal de 600 dólares para una familia estadounidense promedio”, dijo Ed Morse, director global e investigación de materias primas en Citigroup.
En general, el desplome de precios es bueno para quienes tienen que comprar combustible, y malo para quien lo vende; pero tiene efectos mucho más amplios y más complejos sobre las economías en todo el mundo que apenas están comenzando a ser sentidas.
Por ejemplo, los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo y otros productores mayores sentirán el mayor impacto. Los gobiernos carentes de efectivo de Rusia, Venezuela e Irak están entre los más vulnerables.
Es barato producir petróleo en esas naciones, así que siguen ganando dinero a precios bajos. Pero sus presupuestos gubernamentales están basados en expectativas de precios de crudo de 100 dólares o más por barril.
En Venezuela, el gobierno depende fuertemente de los ingresos petroleros para su gasto en proyectos de vivienda, organización de comunidades y otros programas sociales. Ahora, la producción de crudo cae en momentos en que el país necesita ingresos con desesperación. Este mes, la firma de análisis Stratfor Global calculó que Venezuela necesita vender petróleo a 110 dólares por barril para poder cubrir sus obligaciones.
Por JONATHAN FAHEY, Associated Press