Los obispos del Sínodo sobre la familia llegan a la votación de mañana divididos sobre varios asuntos y hoy pareció claro que el documento final tendrá pocas conclusiones, aunque indicará temas sobre los que profundizar.
El arzobispo de Múnich, el cardenal alemán Reinhard Marx, confirmó hoy en una rueda de prensa en el Vaticano que no se espera un texto final con “conclusiones”, sino “un paso adelante” hacia el próximo Sínodo sobre el mismo tema, en octubre de 2015.
La mayoría de los participantes en el Sínodo que han intervenido en las ruedas de prensa del Vaticano o concedido entrevistas coincidían en que esta asamblea, por otra parte tan esperada, es solo el primer paso de un camino sobre los desafíos de la Iglesia ante las nuevas situaciones familiares y que concluirá con la asamblea de los obispos prevista para octubre de 2015.
“La Relatio Synodi”, como se ha llamado al documento final que se aprobará mañana, será “más similar a un Instrumentum laboris”, es decir, el documento preparatorio del próximo Sínodo, que a las “propositiones”, que normalmente lo concluían, precisó el arzobispo de Dublín, Diarmuid Martin.
Marx, uno de los arzobispos más proclives a la apertura de la Iglesia hacia las que consideran situaciones irregulares de la familia, instó hoy a la necesidad de “nuevos impulsos que abran puertas” y a que la Iglesia a “no repita siempre las mismas cosas”.
Pero según se pudo observar en los documentos aprobados por los diez “Círculos menores”, grupos de idiomas en los que se dividieron los participantes, son pocas las novedades y muchas las divisiones.
Sigue abierto el debate sobre si dar la Comunión a los divorciados que han contraído nuevas nupcias, pues solo un grupo lo apoyó, uno de lengua italiana que votó a favor, mientras que otros pidieron profundizar y otros aseguraron que no se puede cambiar la doctrina.
El arzobispo de Viena, el cardenal Christoph Schönborn, explicó que en el Sínodo es como una gran familia: “Sucede a menudo que la madre dice que es demasiado peligroso, mientras el padre dice que “no hay que tener miedo”.
“Algunos padres del Sínodo dicen que no tenemos que olvidar la doctrina, pero otra parte también abogan por la necesidad de acompañar a todas aquellas situaciones difíciles”, dijo Schönborn.
En el documento final se podría incluir una mención a la necesidad de acogida a los homosexuales, pero varios círculos matizaron la necesidad de expresarse con prudencia, al igual que a la hora de valorar también a las parejas que viven fuera del matrimonio católico.
Un punto que seguramente aparecerá en la “Relatio Synodi” será el de hacer una referencia más amplia al mensaje positivo del Evangelio de la familia, al hecho de que el matrimonio – unión indisoluble entre un hombre y una mujer, de acuerdo con la doctrina oficial de la Iglesia – “es un valor todavía de mucha actualidad y en el que muchas parejas creen”.
Entre hoy y mañana se está encargando de redactar el documento final una comisión nombrada por el papa Francisco y compuesta por el relator general, el cardenal Peter Erdö; los secretarios Bruno Forte y el cardenal Lorenzo Baldisseri y otros ocho miembros.
Entre ellos se encuentra el presidente del Consejo Pontificio para la Cultura, Gianfranco Ravasi; el rector de la Universidad Católica Argentina, Víctor Manuel Fernández y el superior General de los Jesuitas, el padre Adolfo Nicolás.
La división plasmada en estos días ha llevado incluso a algunos medios a lanzar la hipótesis de que los participantes en el Sínodo no consiguiesen mañana ponerse de acuerdo para votar la declaración final.
Sin embargo hoy, el cardenal Marx aseguró que aunque se han vivido “tensiones” y discusiones “efervescentes”, se aprobará la declaración.
También mañana, será publicado el llamado “Mensaje del Sínodo de los Obispos al Pueblo de Dios”, con la reflexión de los participantes en esta asamblea. EFE