Una de las acepciones de robar que tiene la Real Academia Española es “Tomar para sí lo ajeno, o hurtar de cualquier modo que sea”. Y es así como podemos definir la práctica presupuestaria que durante once años ha significado un despojo de más de 47 mil millones de dólares del presupuesto nacional a las gobernaciones y alcaldías, desde el año 2004 al año 2013.
La Constitución Nacional establece en su artículo 167 cuales son los ingresos de los Estados. En su numeral 4 dice textualmente “4. Los recursos que les correspondan por concepto de situado constitucional. El situado es una partida equivalente a un máximo del veinte por ciento del total de los ingresos ordinarios estimados anualmente por el Fisco Nacional, la cual se distribuirá entre los Estados y el Distrito Capital en la forma siguiente: un treinta por ciento de dicho porcentaje por partes iguales, y el setenta por ciento restante en proporción a la población de cada una de dichas entidades. En cada ejercicio fiscal, los Estados destinarán a la inversión un mínimo del cincuenta por ciento del monto que les corresponda por concepto de situado. A los Municipios de cada Estado les corresponderá, en cada ejercicio fiscal, una participación no menor del veinte por ciento del situado y de los demás ingresos ordinarios del respectivo Estado. En caso de variaciones de los ingresos del Fisco Nacional que impongan una modificación del Presupuesto Nacional, se efectuará un reajuste proporcional del situado. La ley establecerá los principios, normas y procedimientos que propendan a garantizar el uso correcto y eficiente de los recursos provenientes del situado constitucional y de la participación municipal en el mismo” (resaltado nuestro)
Para cada ejercicio presupuestario, el Ejecutivo presenta a la Asamblea Nacional el proyectos de Presupuesto Nacional, que contiene las previsiones de ingresos y gastos, ordinarios como extraordinarios (endeudamientos, liquidaciones) para el año. Contiene supuestos como el precio de la cesta petrolera venezolana.
El presupuesto aprobado por la Asamblea Nacional es sancionado como ley. La buena praxis presupuestaria señalaría el hacer el mejor estimado posible de los precios petroleros para no afectar negativamente los ingresos por Situado de los Estados.
En el caso venezolano, la práctica en los últimos 11 años ha ido en sentido contrario. Mediante el auxilio de otras leyes, los ingresos petroleros por encima del establecido en el presupuesto se han manejado de manera extraordinaria, y han ido a parar a “fondos especiales” manejados en todo caso por el Presidente de la República.
El despojo a las gobernaciones y alcaldías
El precio promedio presupuestario desde el año 2004 al año 2013 (11 años) para el barril de petróleo de la cesta venezolana es de 39,91 dólares. En el mismo período, el precio efectivamente cobrado por el barril de petróleo de las cesta venezolana fue de 73,88 dólares. Una diferencia del 54% respecto al precio del barril presupuestario
¿Qué permitió esa diferencia tan grande? Un ex legislador consultado, que prefirió declarar de manera anónima, se lo atribuyó al sistema vertical, “staliniano” que está establecido en el PSUV, el partido político que domina totalmente la Asamblea Nacional desde hace dos lustros. “Hugo Chávez era un centralista, miraba con recelo la independencia de los gobernadores, y era el jefe del Ejecutivo Nacional y también del PSUV. Al dominar a su antojo el Ejecutivo y la Asamblea Nacional los ejecutivos regionales quedaban sujetos a lo que él dispusiera sobre el Presupuesto Nacional” afirmó.
Antonio De La Cruz, analista estratégico independiente afirmó “el perfeccionamiento de la subestimación de los ingresos petroleros en los ingresos ordinarios le permitió a Hugo Chávez la creación de unos fondos especiales que manejó a su antojo, pero sobre todo ha permitido encubrir el mecanismo de transferencia de miles de barriles diarios de petróleo a Cuba, que pueden ser unos 90 mil, sin rendirle cuentas a nadie“. Y agregó De La Cruz “No solamente les esquilmó el Situado Constituiconal a las gobernaciones, sino que recentralizó otras fuentes de ingresos ordinarios regionales, como las operaciones de los aeropuertos, puertos, y prohibió los peajes en las autopistas, asfixiando las fuentes de ingresos propios”
Lo previsible
De continuar estabilizándose el precio del crudo en este último trimestre del año 2014 en 80 dólares por barril, la cesta venezolana en el año 2014 podría promediar 90 dólares por barril. Para la tercera semana del mes de octubre promediaba 94,15 dólares por barril.
Experto estiman que la sobre oferta mundial de crudos podría establecer un precio para el año 2015 de 82-85 dólares el barril, unos 78 dólares para la cesta venezolana.
De ser así, el precio del mercado del barril de petróleo sería todavía un 30% superior al precio establecido en el presupuesto nacional.
En otras palabras, el boom de precios petroleros que parece llegar a su fin, sólo estuvo en manos del gobierno central (lapatilla.com)