El pasado domingo el periodista José Vicente Rangel calificó al enfrentamiento ocurrido en Quinta Crespo entre efectivos de la policía científica y miembros del colectivo 5 de marzo como “masacre”.
“La masacre consumada por efectivos del cicpc en Quinta Crespo en la que fueron asesinados cinco integrantes del colectivo 5 de marzo, entre otros su jefe, José Odremán, ha tenido fuerte repercusión y es objeto de severa investigación”, dijo Rangel en su programa televisivo.
“Ya hay orden de aprensión de siete miembros de la comisión que participó en el hecho y el gobierno adoptó la decisión de reordenar a fondo el Cicpc (Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas)”, dijo.
Rangel en su columna “El Espejo” publicada en el diario Últimas Noticias, y que en esta ocasión lleva por nombre “La gota que rebosó el vaso”, destacó que:
“Imaginaba que las acciones violatorias de los derechos humanos: asesinatos, torturas, masacres, extorsión, secuestros, debidamente probadas y con denuncias consignadas oportunamente ante el Ministerio Público, cometidas por funcionarios del Cicpc y otros organismos policiales, no generarían la defensa de los autores con argumentos muy peligrosos, como el de que las víctimas eran delincuentes. En ese contexto ocurrió la masacre de Quinta Crespo, consumada por un comando del Cicpc. Prácticamente fue la gota de arbitrariedad y de reto al Estado de derecho que rebosó el vaso de la tolerancia ante los delitos cometidos por la autoridad”.
Tales afirmaciones confirman los rumores de que el exceso policial contra los colectivos que apoyan al Gobierno obligaron la destitución inesperada del ministro Miguel Rodríguez Torres y el anuncio de cambios en la directiva del Cicpc.
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