Con un caminar lento y cansado se ve a Flor Toledo por la avenida Bolívar de Valencia. Tiene tres días haciendo el mismo recorrido. Visita diferentes supermercados y el resultado se repite. No consigue pollo. Trata de no molestarse. Con una sonrisa obligada en su rostro expresó que está convencida que a sus 76 años tendrá que cambiar sus hábitos alimenticios. No tiene otra opción. Dayrí Blanco/ El Carabobeño.
Su testimonio es reiterativo. No importa la edad. Todos se ven afectados por la crisis que de manera clara se refleja en las exhibiciones vacías de las carnicerías. Es una situación que se ha intensificado durante las dos últimas semanas, tiempo en el que el producto ha estado ausente.
El gerente de un establecimiento perteneciente a una cadena de supermercados confirmó este hecho. Un poco más de 15 días han pasado desde que llegó el último cargamento de pollo a ese negocio. Los proveedores no dan mayores explicaciones. Se hacen los pedidos pero no son entregados.