Los drones son usados para todo estos días: salvar personas, espiar vecinas, capturar erupciones, proveer internet, molestar animales e incluso dispersar protestas. Así que era tan solo cuestión de tiempo hasta que alguien decidiera usarlos para hacer pornografía.
Demostrando la veracidad del meme Regla 34, “Si algo existe, hay porno sobre eso”, una compañía neoyorkina llamada Ghost+Cow+Films lanzó Drone Boning, un corto erótico de tres minutos filmado con un pequeño drone.
“Queríamos explorar la idea de la privacidad y los ataques de drones; esta idea de ‘hacer porno, no la guerra’. Empezó como un comentario divertido sobre la privacidad y el voyeurismo y rápidamente se convirtió en un concepto”, afirmó Brandon LaGanke, uno de los directores del film, junto con Jon Carlucci.
La película, con un enfoque más artístico que pornográfico, muestra parejas manteniendo relaciones, en muchos casos simuladas, en diversos lugares, como playas, granjas y bosques. “La idea era tomar paisajes hermosos y poner gente acostándose en ellos”, dijo a Vice.