“Lo que marca el fracaso del comunismo no es la caída del Muro de Berlín, en 1989, sino su construcción en 1961. Era la prueba de que el socialismo real había alcanzado un grado de descomposición tal que se veía obligado a encerrar a los que querían salir para impedirles huir”.
Jean Francois Revel
El pasado domingo 9 de Noviembre se cumplieron 25 años de una fecha que marcó el fin de una década, pero más allá de una década, puso fin a una era oscura. El 9 de Noviembre de 1989 cayó el Muro de Berlín, que por más de 28 años dividió de manera absurda a Alemania en dos países.
Finalizada la II Guerra Mundial, Alemania se dividió en cuatro sectores de ocupación: soviético, estadounidense, francés e inglés. Las malas relaciones entre los comunistas y los aliados, el descontento, llegaron al punto en que surgieron dos monedas, dos ideales políticos y, finalmente, dos Alemanias. En 1949 los tres sectores occidentales (estadounidense, francés y británico) pasaron a llamarse República Federal Alemana (RFA). El sector oriental (soviético) se convirtió en la República Democrática Alemana (RDA).
Para el año de 1961 casi 3 millones habían dejando la Alemania Oriental, culpa del mal trecho de la economía soviética, emigrando de esta forma hacia la Alemania Occidental, donde florecía la economía. Esto causó que para el 13 de Agosto de 1961 el gobierno de la RDA decidiera cerrar con alambrado su perímetro fronterizo, lo que luego se convertiría en el Muro de Berlín y de un día a otro, calles, plazas y casas en Berlín fueron divididas por una pared de hormigón, de casi 4 metros que permaneció erguida por más de 28 años.
Paradójicamente en Venezuela, 1989 con el Caracazo también marcó lo que sería el inicio del fin de una era, la cual terminó con la destitución de Carlos Andrés Pérez, quien siendo presidente fue juzgado, una demostración que en nuestro país existían instituciones independientes.
Con la llegada de un nuevo presidente en 1998, se da el inicio formal a una nueva era, donde los nuevos gobernantes vinieron a levantar un Muro, que a diferencia del construido por la RDA, no era ni de alambrado, ni mucho menos una pared con 4 metros de hormigón. Este Muro sé levantó con la creación del odio entre venezolanos y la alimentación inescrupulosa de un resentimiento social, del cual se valieron para dividir nuestro país en dos grandes mitades.
No obstante, obtuvieron grandes ingresos monetarios, gracias a la bonanza petrolera. Llegamos a registrar hasta más de 300 millones de dólares en ingresos diarios. Al parecer entre mayor era el ingreso monetario, mayor era su necesidad de seguir sembrando odio.
Se trató de crear una hegemonía basada en dinero y odio, se empezó a hablar de grandes infraestructuras, se hablaba de un país de fantasía, se engañó de manera vil a los más necesitados, que hoy en día se preguntan, por ese gran país que se pintó. Muy lejos de la realidad que hoy vivimos, donde es necesario hacer colas de largas horas para conseguir los productos más básicos, donde las madres deben llorar a sus hijos que no pudieron volver a casa producto de la violencia e inseguridad desatada.
Y cómo no va existir tal violencia, si el proyecto del régimen realmente se basó en sembrar odio y violencia entre los venezolanos, que hoy en día nos preguntamos ¿Por qué tenemos la inflación más alta del mundo? ¿A dónde se fue todo el dinero que entró a nuestro país en los últimos 15 años? ¿Por qué nuestro sistema de salud no cuenta ni con medicinas?
Ese gran Muro ha formado parte de la vida cotidiana de los venezolanos, donde inclusive hasta familias han debido separarse por culpa de la intolerancia que tanto daño nos hace, donde al mínimo comentario se producen ataques verbales y posiciones innecesarias.
Ese Muro de odio y resentimiento creado por el régimen es el que debemos derrumbar, debemos hacer a un lado el odio, la intolerancia, debemos ser objetivos, debemos ser racionales, nuestra lucha no es contra otro venezolano, nuestra lucha es contra un régimen que nos ahoga en una crisis económica, la cual son incapaces de resolver, es que ni siquiera existe la menor voluntad para hacerlo.
Al igual que el Muro de Berlín cayó, caerá este Muro. Los venezolanos unidos lograremos derrumbarlo, el cambio llegará. Al igual que Alemania no será fácil unir el país, ni levantar las ruinas que dejará el régimen por toda la corrupción e ineficiencia. Pero al igual que los teutones, nosotros lograremos sacar nuestro país adelante. ¡Qué no quede la menor duda, habrá cambio!
Aarón Andrés Rodríguez Moro – @rodriguezaaron