Uno de los 19 bicornios autentificados que pertenecieron al emperador francés Napoleón será subastado este fin de semana en Fontainebleau, cerca de París, junto a una prestigiosa colección perteneciente al príncipe de Mónaco, reseña AFP.
La colección de mil lotes fue reunida por Luis II de Mónaco (1870-1949), bisabuelo del príncipe Alberto, y conservada en el museo de recuerdos napoleónicos de Mónaco.
Desde hace varias semanas, la subasta agita a los apasionados de la leyenda napoleónica que cuenta muchos fanáticos tanto en Francia como en el resto del mundo.
“Es una colección muy conocida, la procedencia de los objetos es incuestionable”, destaca Thierry Lentz, director de la Fundación Napoléon.
El objeto más emblemático de la subasta -y sin duda uno de los más buscados- es este sombrero de fieltro “con la forma tradicional” procedente de la colección de Joseph Giraud, el veterinario de la Casa Imperial.
Está tasado entre 300.000 y 400.000 euros, pero podría alcanzar hasta dos millones, estiman los aficionados.
En 15 años de reino, Napoleón usó unos 120 sombreros, casi todos fabricados por la casa Poupard de París, según el experto Jean-Claude Dey.
Entre otros objetos del emperador incluidos en la subasta figuran un pañuelo rojo (valorado en 6.000-8.000 euros) que Napoleón usaba sobre la cabeza en la isla de Santa Helena, tal como lo atestigua un cuadro de la época. O calcetines y una camisa, también usada durante el exilio (30.000-40.000 euros).
Los amantes de reliquias napoleónicas podrán además acceder a los “trofeos” capturados por los prusianos en los carruajes del emperador tras la derrota de Waterloo, como guantes, platería, espadas y órdenes de caballería.
Se subastarán además los escarpines de bautismo del rey de Roma, hijo de Napoleón, bordados con las armas imperiales, un reloj de marfil regalado por Napoleón al general Drouot, un plato de comer y otros recuerdos del emperador o sus allegados.
Napoléon “sigue siendo uno de los personajes históricos más populares”, explicó Lentz. La leyenda del emperador sigue también viva en el resto del mundo, desde Estados Unidos a Rusia, pasando por Cuba, donde existe una Sociedad Napoleónica Internacional y un museo.