Estados Unidos sigue sacudido por el fallo que exoneró a un policía que mató a un joven negro en Ferguson, que vivió una segunda noche de disturbios, mientras manifestaciones indignadas que denuncian discriminación racial se han extendido por todo el país.
Un total de 44 personas fueron detenidas la noche del martes al miércoles informó Jon Belmar, jefe de la policía del condado de Saint Louis, al que pertenece Ferguson.
Los manifestantes rompieron vidrios de la alcaldía, incendiaron un auto de policía y lanzaron piedras y un cóctel molotov, aunque Belmar indicó que “la noche estuvo mejor” y menos agitada que la vivida el lunes y la Policía no tuvo que utilizar gases lacrimógenos.
Ante la comisaria de policía, un grupo de exaltados manifestantes sostenía pancartas con mensajes como “no nos harán callar”, mientras los policías locales -apoyados por la Guardia Nacional- trataban de contenerlos.
El contingente desplegado en Ferguson por la Guardia Nacional fue triplicado y 2.200 efectivos de esa fuerza especial -conformada por militares de la reserva y que se utiliza para contener emergencias- patrullan ahora en Ferguson.
En la vecina ciudad de Saint Louis, los manifestantes quemaron un auto. Según balances de prensa, las protestas se registraron en más de 170 ciudades de 37 estados.
Las protestas se han extendido por todo el país, mientras el presidente Barack Obama condenó el uso de violencia. “Incendiar edificios, prender fuego a automóviles, destruir bienes, poner gente en peligro, no hay excusa para eso”, dijo Obama en una conferencia en Chicago. “Son actos criminales”, añadió.
Foto: Protestas en Los Angeles, California, el 25 de noviembre de 2014 / AFP
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