¡Métele algo al cochino que ya llegó Navidad!

¡Métele algo al cochino que ya llegó Navidad!

Foto: Antonio Abinazar/ NPG
Foto: Antonio Abinazar/ NPG

Diciembre es sinónimo de paz, vida, amor, esperanza, pero también de parranda, salidas y gastos, por lo que muchos negocios recurren al tradicional “cochinito”, para que, gracias a la bondad de sus clientes, puedan reunir un dinerito extra y así no quedarse limpios en estas fechas. Elias Rivas/ Nueva Prensa Guayana

Con el llamado aguinaldo, muchos trabajadores se resuelven los últimos dos meses del año, porque normalmente, para estas fechas, es que instalan las alcancías; otros esperan hasta enero, para romperla  y repartir lo colectado entre sus compañeros.

Grandes, pequeños, decorados o con mensajes afectivos, éste peculiar muñeco, busca llamar la atención de consumidores, aunque algunos, muchas veces, se hagan los locos.





Y es que con la inflación que experimenta el país, cada vez son menos los que atienden este llamado, por lo que algunos comerciantes guayaneses, temen que sus cochinitos finalice este año, “flaco y enclenque”.

Optimistas

Para los empleados de las estaciones de servicio, popularmente conocidas como “Las morochas” en la avenida Atlántico de Puerto Ordaz, la esperanza, es lo último que se pierde, por lo que cada uno, colocó en su zona de trabajo, un colorido marrano.

Blas Díaz, tiene dos años trabajando en el referido lugar y recuerda con mucha alegría los 3.000 bolívares que recaudó el año pasado.

Desde que empezó en este oficio, cada diciembre coloca su alcancía, le imprime un mensaje “amoroso” y la “ñapa” que queda del vuelto, allí la deposita.

Díaz, destacó que este año, la colaboración va con buen pie, por lo que cree, que para mediados o finales de diciembre, con este dinero, pueda completar en los gastos navideños, ahora que se estrena como padre.

Situación similar la de José Catalán, quien lleva tres años laborando en la estación de gasolina. Desde entonces, se ha vuelto para él una tradición, plantar su cochinito. Entirrado y bien amarrado, por si acaso, Catalán le dice a sus clientes “colabora con nuestro aguinaldo, feliz  navidad 2014”.

“He logrado recoger diario como cinco tablas (Bs 500), el año pasado hasta 2.800 bolívares. Lo coloco, porque con eso me ayudo…la cosa va lenta, pero ahí vamos”, agregó Catalán.

En el caso de estos jóvenes, cada quien tiene su alcancía, por tal razón, todo lo reunido, va para sus bolsillos.

No son “cochinitos”, pero igual sirve

Bodegas, ventas de comida, buhoneros, panaderías, restaurantes, cualquier negocio que reciba clientes, es bueno para pedir aguinaldos. Muchos de ellos cuentan con el cochinito, pero otros se las ingenian con “potes” que hagan la misma función.

Wuilkin Fuenmayor, empleado en un puesto de dulces tradicionales ubicado en el aeropuerto Manuel Carlos Piar de Puerto Ordaz, cerca de la caja registradora, tiene una lata cilíndrica de unos 30 cm de altura aproximadamente, forrada con papel navideño; allí espera que sus clientes, depositen el solicitado aguinaldo.

En los dos años que lleva trabajando allí, asegura que es un buen mecanismo para recibir dinero extra, que se suma a sus utilidades y quincenas.

Fuenmayor, comparte lo reunido con sus tres compañeras de trabajo. Recordó que el año pasado, a cada uno le entregaron 1.000 bolívares.

Por su parte, Marianela Figuera, empleada de una heladería, dijo al equipo reporteril de este medio impreso, que siempre colocan el envase de aguinaldos, pero éstos últimos años particularmente, la generosidad de los clientes ha sido poca.

“El año pasado reunimos 2.000 bolívares apenas y como trabajamos todos los días, 24 y 31, lo usamos para comprar almuerzo o gastarlo en nosotros mismos”, expresó Figuera.

Trabajadores acotaron que muchas veces, tienen que solicitar la colaboración en voz alta, porque, aunque estos envases lo decoren de manera llamativa, algunos consumidores, prefieren ignorarlos.

Tarea nada difícil para Doralis González, quien no tiene ningún problema en pedir el aguinaldo a sus clientes.

González trabaja en un puesto de empanada y el regocijo cada vez que un cliente deja algo de dinero en el envase, lo expresa con mucho entusiasmo. Esto quizás sea el gancho, para que, quienes se encuentren desayunando en el lugar, se animen a depositar aunque sea, un poquito.

La figura del animal en sí pudo haber surgido, porque tradicionalmente, se pone a engordar al cerdo para matarlo cuando está listo, así como se llena de dinero y se rompe al final. Además, casualmente es símbolo de riqueza, antiguamente era el negocio más rentable, fácil y daba bastante dinero.

Aunque lo más común es que los clientes depositen el sencillo que les queda en sus vueltos, hay otros más generosos que depositan billetes de alta denominación, como una forma de agradecer el buen trato de los empleados del negocio al prestar un servicio.

Cochino 2.0

Sí la inflación o la inseguridad le impide cargar dinero dentro de su cartera, el ingenio del venezolano facilita las cosas con tal de recibir su propina. La nueva modalidad es el Cochinito electrónico,  que permite a los que no poseen efectivo a la mano, pasar la tarjeta de débito o crédito por un punto, a fin de dejar el tan deseado aguinaldito.

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