Resulta preocupante que a pesar de la persecución política y represión, violaciones de derechos humanos, falta de separación de poderes, limitaciones severas a la libertad de expresión, y con más de 3400 detenciones arbitrarias en lo que va de año, aún una cantidad apreciable de venezolanos afirmen que en nuestro país hay “déficit de democracia”, “democracia enferma”, “democracia imperfecta” o “democracia particular”. Como dicen las abuelas, no se puede estar medio embarazada, y así pasa con la democracia, hay o no hay democracia, y así cueste o duela reconocer, en Venezuela no hay democracia.
Durante mucho tiempo se repitió que la última dictadura que padeció nuestro país fue la de Marcos Pérez Jiménez, y con orgullo se señalaba a Venezuela como uno de los países abanderados en la democracia y con mayor potencial de crecimiento en la región, incluso, jamás se pensó que en Venezuela se volvería a sufrir represión, persecución ni violaciones de derechos humanos. Lo cierto es, que desde que Chávez alcanzó la presidencia de la República, se empezaron a preparar un conjunto de leyes y tomar medidas para coartar la libertad al venezolano y transformar a Venezuela en un país donde la libertad, justicia y democracia se convirtieron en palabras vacías porque no existen en nuestro país.
El artículo académico titulado “Los orígenes del totalitarismo de Hannah Arendt y la manipulación de la legalidad (el desafío totalitario de la ley) publicado en la Revista de Derecho Iuris Tantum http://goo.gl/piIiUi explica de manera muy didáctica el concepto de totalitarismo acuñado por la prestigiosa académica alemana y como esta nueva forma de gobierno se diferencia de las tiranías y dictaduras. Básicamente, esta diferencia se centra en el uso del terror a través de la concentración del poder en un líder, el uso de la propaganda y del sistema educativo para adoctrinar, la abolición progresiva de las libertades y derechos de la persona humana y manipulación de la legalidad.
Asimismo, el autor del artículo afirma que: “Uno de los rasgos o propósitos del totalitarismo en el poder es anular de manera progresiva los derechos y libertades civiles. Para lograr estos objetivos los Estados totalitarios colocan, en primera instancia, a determinados grupos fuera del sistema penal ordinario (judíos, homosexuales gitanos, etcétera), pero luego esto termina extendiéndose a cualquier ciudadano, incluso a quienes han colaborado con el gobierno totalitario, pues la detención arbitraria destruye la posibilidad de oposición.”
El autor concluye: “En síntesis, el desafío totalitario de la ley se caracteriza por: i) el rechazo al cumplimiento de las normas jurídicas; ii) la radicalización de las normas; iii) el establecimiento de un Estado permanente de ilegalidad; iv) no hacer públicos los reglamentos que se dictan y su aplicación contradictoria; v) se recurre a la ley para violar los derechos y libertades civiles; vi) se crea un estado de aparente legalidad, que incita al mundo no totalitario a reconocer la ilegalidad; y vii) la legalidad termina separándose de la legitimidad, una vez que el derecho se aparta de la moral.”
Lo descrito en el mencionado artículo académico, es una radiografía del régimen que se ha venido instaurando progresivamente en Venezuela durante los últimos 15 años. Le ha correspondido a Maduro, como recurso necesario para mantenerse en el poder, la aceleración de la consolidación del totalitarismo en Venezuela (proyecto que inició Chávez). Desde que éste asumió la presidencia de la República, aumentó la represión, violaciones de derechos humanos, las limitaciones a libertades fundamentales, concentración del poder, la no separación de poderes, y especialmente el uso del terror.
Si la mayoría de venezolanos se niegan a aceptar y reconocer que en Venezuela no hay democracia y que se implementó un régimen totalitario, es muy difícil que comencemos a trabajar unidos por restituir la democracia en nuestro país.
@zulmaire
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