2014, el año en el que Francisco continuó su cruzada para reformar la Iglesia

2014, el año en el que Francisco continuó su cruzada para reformar la Iglesia

(foto AP)
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2014 ha sido para el papa Francisco un año en el que ha continuado su personal “cruzada” para reformar la Iglesia católica, tanto en la lucha contra la pederastia como en el cambio de la Curia o la organización de un novedoso Sínodo sobre la familia.

En los primeros meses del año, Francisco aprovechó una audiencia a los miembros para la Oficina Internacional Católica de la Infancia (BICE) para pedir públicamente perdón por los abusos sexuales cometidos con niños por “bastantes” sacerdotes.

Y aseguró que la Iglesia no daría ningún “paso atrás” en lo “que se refiere al tratamiento de estos problemas y a las sanciones que se deben poner”.





Tras esta afirmación, al papa Francisco no le tembló el pulso a la hora de pedir el arresto domiciliario del exnuncio en República Dominicana, el polaco Jozef Wesolowski, acusado de abusos a menores durante su estancia en ese país, e instar a que este asunto “tan grave y delicado” fuera abordado sin demora. Aunque el posible envío a juicio aún se hace esperar.

Francisco también decidió intervenir en la diócesis paraguaya de Ciudad del Este, salpicada por escándalos de pederastia y cruce de acusaciones.

Después del informe realizado por su emisario, el cardenal español Santos Abril y Castello, el papa retiró en septiembre al obispo Ricardo Livieres Plano, quien en el pasado había salido en defensa del sacerdote argentino Carlos Urrutigoity, acusado de pederastia en Estados Unidos en 2002 y trasladado a Canadá y después a Paraguay.

Su último gesto en este sentido fue la llamada que hizo al joven español que denunció haber sufrido abusos por parte de religiosos en la diócesis de Granada y encargar al obispo que comenzase una investigación.

También empezó su trabajo, aunque con cierta lentitud, la comisión creada por el pontífice argentino para ocuparse de las víctimas de la pederastia.

Las reuniones del consejo de nueve cardenales nombrados por el papa Francisco para ayudarle en su gobierno, el conocido como G9, han sido fructíferas durante este año y, aunque será un trabajo arduo y largo, ya comenzó a verse lo que será el proyecto de la nueva Constitución, que regulará la composición y funcionamiento de la Curia, el Gobierno de la Iglesia, para hacerla mucho más sencilla y menos articulada.

El primer resultado ha sido la reforma total de las órganos financieros del Vaticano, salpicados de escándalos en los pasados años y que ahora dependerán de un único y vigilado “ministerio” de Economía.

El año 2014 ha sido testigo de uno de los más animados e interesantes Sínodos de los obispos en la historia de la Iglesia, donde por primera vez y gracias a la transparencia pedida por Jorge Bergoglio se vio la clara división y contraposición entre los representantes más progresistas y los conservadores.

Los 15 días de debates, a veces encendidos, acabaron con el mensaje compartido de que “la Iglesia católica debe tener siempre la puerta abierta, recibiendo a todos sin excluir a nadie”, pero los obispos se dividieron sobre las aperturas a los homosexuales y los divorciados vueltos a casar.

Las cuestiones quedaron aplazadas al Sínodo de octubre del año que viene.

Durante este año, Francisco no ha dejado a través de la diplomacia de los gestos de clamar por la paz y por el fin de las desigualdades sociales.

Y así, volvió a sorprender con algunas de sus decisiones, como invitar a rezar junto a San Pedro a los presidentes de Israel y Palestina, o su rezo en silencio ante el muro de Belén.

El 8 de junio de 2014, por primera vez, un judío, el israelí Simón Peres, y un musulmán, el palestino Mahmud Abás, junto con el papa Francisco invocaban la paz en la región en el interior del Vaticano.

Este ha sido un año de importantes viajes, además de a Tierra Santa, visitó Corea del Sur y Albania, viajó a Estrasburgo para hablar ante el Parlamento Europeo, y también a Turquía. EFE