Nicolás Maduro se la pasa atacando a los EEUU a quien tilda de imperialistas. Su diatriba sigue un patrón cuyo objetivo ha sido crear un enemigo externo culpable de todos los males que nos aquejan con lo cual se intenta distraer la atención sobre la responsabilidad del mal gobierno que sufrimos los venezolanos.
El discurso antiimperialista ha sido diseñado para engañar incautos. La realidad es que los EEUU es nuestro primer socio comercial en una cifra por los $50.000 millones anuales, las empresas petroleras norteamericanas ayudaron al desarrollo de nuestra industria en crudos convencionales y extrapesados y constituyeron un pilar en la formación de nuestros cuadros de gerentes y técnicos que hicieron posible la nacionalización de la industria sin mayores traumas. Montaron las refinerías que hoy constituyen el Complejo Refinador de Paraguaná y todavía hoy son los principales compradores de crudo que pagan religiosamente sin onerosos descuentos.
Empresas automotrices Ford, GM y Chrysler producían cientos de miles de vehículos que satisfacían con creces la demanda nacional, corporaciones en el ramo alimenticio elaboraban bienes de calidad para el consumo, laboratorios producían medicamentos para mantener nuestros índices de salud por encima de otros países de la región. EEUU fue por años nuestro principal proveedor de cereales, trigo y maíz, le comprábamos ganado vacuno para mejorar nuestra raza en la producción de leche y carne. Ahí estaba el King Ranch con sus cientos de miles de hectáreas dedicadas a la cría y el engorde.
Las aerolíneas norteamericanas cruzaban nuestros cielos para llevar y traer viajeros nacionales y extranjeros. Las rutas a Miami, Orlando, Houston, Atlanta y Nueva York cubrían con gran eficiencia la demanda nacional a esos destinos. Los bancos norteamericanos siguen siendo depositarios de recursos financieros de venezolanos que prefieren mantener sus ahorros en dólares para defenderse de la inflación y la devaluación.
También en EEUU opera Citgo y su red de refinerías que abastecen el mercado norteamericano de combustible y otros productos sin presiones, fiscalizaciones ni controles. Venamcham la cámara binacional que ha recibido en estos quince años más ataques e injurias que ninguna otra, es hoy la preferida de empresas extranjeras no norteamericanas por su seriedad y manejo de las relaciones comerciales y de negocios con el país.
Pero si vamos a hablar de Imperialistas mencionemos a los chinos y cubanos. Esos imperialismos mantienen el trabajo esclavo en pleno siglo XXI. Los primeros se han ido apoderando de nuestro petróleo y riquezas mineras con sus préstamos que estamos obligados a cancelarles con petróleo por debajo de los precios internacionales. Los segundos enamoraron a Chávez y mandan sobre Maduro recibiendo cien mil barriles diarios de Pdvsa, deuda que jamás nos han pagado ni pagarán. Deduzcan ustedes quienes son los verdaderos imperialistas.
Juan Antonio Muller
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