Aquiles Hopkins, vicepresidente de la Confederación de de Asociaciones de Productos Agropecuarios –Fedeagro-, lamentó este lunes que el Estado pretenda centrar la compra del café a los productores. “Esta en Gaceta Oficial pues es una actividad monopólica”.
Hopkins calificó la medida como desacertada y negativa para el país cafetalero y explicó que, pese a la gran cantidad de dinero que se le inyectó durante los años de gobiernos chavistas, las políticas han fracasado. “Muy mal hecha con un plan de café que para nada han servido, con una agenda cafetalera 100% politizada, cuyos delegados eran militantes del partido de gobierno”.
Hopkins recordó que desde hace 10 años Fedeagro ha venido alertando sobre las consecuencias de la aplicación de estas políticas equivocadas. “La caída de la producción de café y cómo los campesinos que se dedican a la caficultura están sufriendo con estas políticas desacertadas de controles de precios no revisados lo que generó caída de la producción”.
El representante de Fedeagro cifró en 75% la caída de la producción de café en el país. “Venezuela en el pasado producía un millón 600 mil quintales de café y la realidad es que en 2014 lleguemos solo a 400 mil quintales”.
Advirtió que el escenario actual es que no hay café de producción nacional y además las estructuras de costos que requieren los productores no han sido respetadas por el ejecutivo. “Se fijaron unos precios muy por debajo de los costos de producción inclusive y se incurrió en los mismos errores que en años pasados, entonces ahora no hay café en el mercado”.
Hopkins aclaró que el poco café que había se estaba vendiendo fuera de regulación porque así lo exigía el mercado y “la santa decisión del gobierno fue militarizar las zonas cafetaleras y ahora se prohíbe la comercialización libre del café y se obliga a que sea la Corporación Venezolana a del Café la que recibe toda la producción nacional”.
El representante de Fedeagro estima que un quintal de café de 46 kilos de café en grano debería estar rondando los 5 mil bolívares y la Sudee lo ubicó entre 2 mil 800 y 3 mil 600. ”Cuando se pone a trabajar un sector a perdida lo que se logra es la quiebra y la caída de la producción”.
“El gobierno tiene que darse cuenta de que con medidas coercitivas no saldremos de la problemática”, precisó.
Hopkins propone que todos los involucrados sentarse en una mesa de trabajo para evaluar los errores que se han cometido. “Tomemos las decisiones correctas y vamos a trabajar para incrementar la producción de alimentos”.