Siguiendo el ejemplo cubano, Venezuela y demás gobiernos latinoamericanos que optaron por adoptar la franquicia de la “revolución” siempre buscaron hacer ver a USA como un imperio villano que se pasa los días fraguando como impedir el crecimiento de la región centro y sur americana. Este fue un pretexto que siempre sirvió a Cuba para justificar su mediocre gestión pública, el bloqueo americano y no el enriquecimiento desmedido de la cúpula militar cubana era el responsable de la pobreza y falta de oportunidades en la isla, así lo hicieron creer a sus gobernados y en ello basaron todo su aparato propagandístico por tantos años.
Chávez copió esto bajo asesoría cubana a la perfección, cada vez que Venezuela presentaba una nueva crisis, el difunto buscaba algún cruce de palabras, roce diplomático o develaba algún plan abortado de injerencia “gringa” (siendo el magnicidio el más entretenido) para así desviar la atención de los problemas creados por el desgobierno, el conflicto imperial era la tapadera ideal para nublar y confundir a la masa que embaucada bajo la oratoria terminaba creyendo que el alto costo de la vida o la falta de medicinas era culpa de la Casa Blanca y no de Miraflores.
Maduro ha intentado replicar el modelo, pero sin el mismo resultado, por una parte debido al agotamiento del discurso y la falta de carisma y oratoria a diferencia de su predecesor, y por la otra motivado al buen tino del Presidente Obama. La administración Bush fue mas proclive en caer en el juego del toma y dame, alimentando el fantasma del capitalismo vs. socialismo que sirvió a Chávez como patente de corso en sus primeros años de gobierno. Con Obama cambió la postura de Washington, el actual Presidente americano tuvo el acierto de ignorar en gran medida los ataques de Venezuela, dejando a Chávez y luego a Maduro peleando solo, tirando piedras al aire, como el Quijote contra los molinos de viento. No obstante, aunque Obama no se vio tentado a caer en el juego de defender a su gobierno de los continuos ataques verbales que venían desde Caracas, lejos estuvo de ignorar la situación como lo hizo ver, esperando el momento preciso para actuar.
La primera fase fue aprovechar una inesperada baja en la demanda petrolera por parte de China y Europa para que Estados Unidos aumentara su cuota de producción de crudo. Es decir, en momento de menor demanda aumentó la oferta, lo cual, por regla natural de mercado produjo una baja en el precio del petróleo. Leyendo a expertos en la materia hay una conclusión generalizada: Se espera que el precio del petróleo siga descendiendo, lo cual es una buena noticia para la mayoría de los países del orbe; y que una minoría de países se ve afectado por la medida, destacando tres de ellos: Rusia, Irán y Venezuela.
Es decir, USA con el aumento de su cuota de producción logró debilitar a su eterno enemigo Rusia, justo en momentos de tensión diplomática tras caso Ucrania; a Irán país que vive bajo una constante provocación nuclear; y a Venezuela que subsidia la campaña “antiyankee” en toda América Latina y es la principal fuente de generación de riqueza de la revolución cubana. Jaque al rey. Para estos países la baja del petróleo afecta todos sus aspectos socioeconómicos, son excesivamente dependientes del crudo. Mientras estuvo en alza, por ejemplo, a Putin al igual que Chávez le permitió perpetuarse en el poder. Al de Sabaneta incluso la bonanza petrolera le alcanzo para despilfarrar dinero alrededor del mundo a cambio de “apoyo” ideológico a su trasnochada revolución. Sin embargo a la baja es otra historia. La caída del petróleo en los 90 fue una de las causas que precipitó la disolución de la Unión Soviética. Sin dinero no hay revolución porque no son sustentables, por el contrario son parasitarias, van consumiendo y destruyendo todo a su paso.
Esto lo saben de sobra los Castros, que son lobos políticos con un olfato increíble para buscar socios que apadrinen su opulencia disfrazada de izquierda, ya lo vivieron con Rusia, y ahora con Venezuela, que luego de exprimirla económicamente y obligarla a futuros convenios de dudosa legalidad, hoy dan la espalda a Maduro a sabiendas que ya el país está embargado con los chinos y que la debacle es inevitable. Se sabía de sobra que el idilio Castro-Chavizta duraría lo que la renta petrolera permitiese, sin embargo asombró a todos que mientras el menor de los Castros animaba a Maduro a luchar una guerra sin cuartel contra el imperio americano, ellos solapadamente discutían un acuerdo que pretende acercar a los pueblos de Estados Unidos y Cuba.
Los Castros fueron acérrimos opositores del gobierno americano mientras tuvieron patrocinio de otros estados, viendo ahora que Venezuela ya no es opción, toca abrirse a mercados extranjeros, siendo el principal precisamente USA, solo del turismo americano podría la isla subsistir decentemente. Obama a sabiendas de esto busco el momento ideal para proponer a los Castros este retiro paulatino del bloqueo hasta restablecer las relaciones completamente. La Casa Blanca sabe que esto es un proceso de años y los Castros ambos superan las 80 primaveras, por lo que inexorablemente su revolución (sin sucesor aparente) tiene fecha de caducidad cercana. Obama prepara la era post Castros para colaborar con la instauración de una democracia en Cuba, ello traería grandes beneficios al país del norte. En primer lugar, se eliminaría la escuela comunista latinoamericana que tanto dolor de cabeza ha dado, luego, siendo Cuba un pueblo libre, ya no habría razón para un trato migratorio privilegiado con los cubanos en suelo americano, convenio que año tras año cuesta millones de dólares a USA.
La guinda de la torta en la serie de medidas que adoptó el Presidente Obama fue firmar la ley para sancionar a un grupo de venezolanos violadores de derechos humanos con patrimonio en suelo norteamericano, tan solo días antes de hacer público el acercamiento con el régimen cubano. Era predecible que ante las sanciones Maduro y su combo arengarían a USA de un modo absolutamente peyorativo, pasando desde amenazas de ruptura de relaciones diplomáticas hasta la disparatada y anacrónica convocatoria a quemar en un plaza pública las visas norteamericanas. Sin embargo, jamás imaginó Maduro que Raúl Castro cual caballo de Troya, mientras le daba un espaldarazo sobre el tema de las sanciones en la cumbre de la Habana, ocultaba fluidas comunicaciones con el Imperio americano. Tal serie de acontecimientos dejó una vez más en evidencia la improvisada y dependiente política exterior venezolana, que sigue un guión extranjero que no obedece a los intereses patrios. Maduro pasó en menos de una semana de insultar al Presidente y Senadores norteamericanos, a felicitar a Obama y tildarlo de valiente por su nueva postura con Cuba; un orate completo, el hazmerreír del continente.
En resumen, el Presidente Obama ha demostrado ser un verdadero estadista y estratega. En meses ha logrado debilitar las economías de sus principales contendores, siendo el caso venezolano el más patético, donde solo en meses el país ha entrado en un espiral inflacionario imparable producto de las inexistentes previsiones o políticas de contingencia para momentos de crisis a pesar de años de exceso de renta petrolera. Solo en robolución se endeuda un país que ha manejado tal riqueza y se quiebra a una empresa petrolera en tiempos de precios de venta récord del crudo.
Luego ha firmado la ley que contempla las sanciones contra miembros de la cúpula psuvista justo antes de hacer público el acuerdo con Cuba, exponiendo a Maduro al supremo ridículo. Insospechado que un aprendiz de dictador latinoamericano sea la prueba fehaciente de una teoría de Albert Einstein, quien afirmó que “hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana”.
Y finalmente ha demostrado que los Castros (hoy bajo el mando de Raúl), como el camaleón saben mimetizarse, que poseen una habilidad natural para transformarse según la situación, que su única deidad es el dinero, dejando con ello a Maduro acéfalo de tutoría política y de discurso “antiyankee” tras el cual esconder su cada día mas evidente negligencia. No sería sorpresa ver en adelante el disimulado distanciamiento del resto de gobiernos de la región de las chifladuras de Maduro y su tren de delincuentes.
Ahora Maduro, huérfano de padre y madre (Chávez y Cuba), con cambio de guión, sin poder culpar a USA (aunque le queda como comodín Uribe), debe afrontar una histórica crisis social, política y económica, sin que pueda encontrar siquiera paz entre los suyos, ya que a los enfrentamientos internos de la fracción oficial que han llevado incluso hasta el ajusticiamiento de sus miembros, hay que sumarle ahora la zozobra de las sanciones del gobierno americano contra ellos (y no contra Venezuela como buscan confundir), aunado al fortalecimiento de la división entre los pro y contra cubanos cuyas diferencias hoy serán mayores que nunca tras el affaire de Raúl y Obama.
Parecen días aciagos para la robolución, razón tenía Napoleón Bonaparte cuando dijo “¿Queréis contar a vuestros amigos? Caed en el infortunio”.
Yankees go H…abana!!!
Abogado venezolano con experiencia en derecho electoral y administrativo. Twitter: @mmoros