La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, incluyó en el gabinete para su segundo mandato a cuestionados políticos, incluyendo tres procesados por la justicia y cinco derrotados en las elecciones pasadas, para poder satisfacer a los partidos de la coalición de gobierno.
Tras haber anunciado a comienzos de diciembre a cuatro ministros con perfil técnico para carteras del área económica, la jefe de Estado, que asumirá su nuevo mandato el 1 de enero, divulgó el martes los nombres de otros 13 de sus 39 ministros, en su mayoría políticos de partidos aliados.
Los nombramientos provocaron rápidas reacciones de diversos sectores y críticas de la prensa ya que premian a políticos procesados, candidatos derrotados en las elecciones de octubre y líderes identificados con la derecha y cuestionados por los movimientos sociales que hasta ahora han apoyado al Gobierno.
La distribución de cargos para acomodar a aliados en el Gabinete fue calificada por la oposición como una clara demostración del clientelismo de un Gobierno que no se incomoda en aliarse a cualquier partido y político para garantizar mayoría en el Congreso.
La mandataria necesita una amplia base de apoyo parlamentario para afrontar importantes desafíos, como el ya anunciado ajuste fiscal para enderezar una economía debilitada y el escándalo de corrupción que paralizó la petrolera estatal Petrobras.
Además de darle los primeros ministerios a su formación, el Partido de los Trabajadores (PT), y ofrecerle seis carteras al centrista Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), mayor fuerza electoral del país y principal aliado del Gobierno, la presidenta incluyó en su gabinete a representantes de pequeñas formaciones que apoyaron su reelección en octubre pasado.
Entre los ministros nombrados figuran políticos del Partido Comunista do Brasil (PCdoB) y de los derechistas Partido Republicano del Orden Social (PROS), Partido Social Democrático (PSD) y Partido Republicano Brasileño (PRB).
“Estamos viendo más de la política clientelista basada en favores. La presidenta no está preocupada en satisfacer el interés público sino en satisfacer los intereses partidarios”, afirmó el vocero del partido opositor Demócratas en la Cámara Baja, José Mendonça Filho.
Para los voceros del Gobierno, en cambio, Rousseff tan sólo busca mantener una base oficialista amplia y unida para garantizar la gobernabilidad.
“La presidenta demostró su deseo de consolidar la base de sustento de su Gobierno en el Congreso y su responsabilidad de gobernar tanto en el Ejecutivo como en el Legislativo”, afirmó el vocero del Gobierno en la Cámara, Henrique Fontana.
Entre los ministros anunciados el martes figuran al menos tres que enfrentan procesos en la justicia, todos del PMDB.
Se trata de la senadora Kátia Abreu, que asumirá el ministerio de Agricultura y está procesada por falsificación de sello público; el senador Eduardo Braga, nombrado ministro de Minas y Energía y procesado por delitos electorales, y el diputado Hélder Barbalho, futuro ministro de Pesca e investigado por mal desempeño en la administración pública.
Katia Abreu fue confirmada como ministra de Agricultura pese a las numerosas protestas de diferentes movimientos campesinos y de indios contra esa posibilidad.
La nueva ministra es ganadera y presidenta de la patronal que representa a los grandes productores rurales y se ha caracterizado por su dura oposición a la reforma agraria y a la creación de nuevas reservas indígenas.
El actual gobernador de Ceará, Cid Gomes, uno de los principales dirigentes del PROS, asumirá el ministerio de Educación por haber creado una nueva formación de apoyo al Gobierno para debilitar en las elecciones el opositor Partido Socialista Brasileño (PSB).
Gomes es blanco de diversas críticas por incluir a varios familiares en sus viajes oficiales al exterior y por la contratación de costosos artistas para animar actos de la gobernación de Ceará.
Igualmente polémico, Gilberto Kassab, principal dirigente del PSD, fue premiado con el ministerio de las Ciudades tras haber dividido al opositor partido Demócratas para igualmente crear una nueva formación de apoyo al Gobierno.
Otro cuestionado entre los nuevos ministros es el diputado George Hilton, vocero del PRB en la Cámara, que asumirá la cartera de Deportes.
Hilton, un obispo del grupo evangélico Iglesia Universal del Reino de Dios, fue expulsado en 2007 del entonces Partido del Frente Liberal (PFL) tras haber sido sorprendido con once cajas de cartón repletas de dinero supuestamente donados por fieles.
El futuro Gabinete también incluye a cinco candidatos derrotados en las elecciones de octubre, incluyendo Braga, que intentó sin éxito ser elegido gobernador de Amazonas, y a Kassab, derrotado en su disputa por un mandato en el Senado.
Helder Barbalho, un político sin experiencia derrotado en la disputa por la gobernación de Pará, integrará el Gabinete para atender los intereses políticos de su padre, el diputado Jáder Barbalho, un importante líder del PMDB. EFE