Así que tuve dos opciones que prontamente deseché por los cantos del socialismo y la izquierda. Con el devenir del tiempo voy entendiendo poco a poco la relación del hombre con la naturaleza, sus creencias religiosas y su búsqueda incesante del origen de la vida. Y quizás, solo quizás de la felicidad. Entiendo a mi padre el emigrante y su religiosidad judía.
Entiendo a mi madre y su lejanía con la religión cristiana y apostólica. Al que no entiendo mucho es al Niño Jesús. Miren ustedes que le he pedido cosas, de todos los tipos: materiales, espirituales, políticas, sociales. Y jamás he recibido la bendición del regalo oportuno. Además hay unos misterios, unas paradojas a su alrededor que son harto complejas para entenderlas, por ejemplo el concepto de la Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Eso de verdad que no logro asimilarlo. Veamos lo que dice el Credo. “Creo en Jesucristo su Único Hijo, nuestro Señor… fue crucificado, muerto y sepultado…. resucitó entre los muertos…. y está sentado a la derecha de Dios Padre Todopoderoso”. Es decir Dios está sentado como en una tarimita, y Jesucristo que es Dios está también sentado, un poco más abajo, a la derecha. ¿Dos dioses? Inasible. Volvamos a lo nuestro. Ummh, ahora que recuerdo me pregunto, cuando Jesucristo nació ¿era un bebé normal? ¿Tomaba tetero?
La Iglesia católica y romana no habla del asunto. ¿Cuándo dio sus primeros pasos? Silencio total. De igual forma existe la controversia si Jesucristo tuvo o no hermanos. En algún lugar de la Biblia encontramos ésta frase “¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos, Jacobo, José, Simón y Judas?” Inmensa controversia la relacionada con la Virginidad Perpetua de la Virgen María. En todo caso, aparte de esos misterios religiosos, confieso que siempre le pedí al Niño Jesús en los diciembres y le seguiré pidiendo. ¿Quién sabe?
Para 2013 y 2014 hice la misma lista de deseos que en nada se compadece con los resultados. Aquí les escribo un resumen de alguna de mis peticiones. 1. Niño Jesús danos a los venezolanos un CNE que sea confiable. Que no viole tan repetidamente algunos de tus Mandamientos más importantes. Los más sentidos por las masas. Desde el “No robarás” que se refiere a la desconfianza en el Rebaño del Señor acerca si las benditas máquinas de Smartmatic se roban o no las elecciones. O el asunto peliagudo de los Cuadernos Electorales. Todo un lío.
El otro mandamiento machacado por esa pila de ateos electorales es el relacionado con la prohibición de mentir y no levantar falsos testimonios. Allí se repite la desconfianza, pues le he pedido al que está sentado a la derecha del Dios Padre, que cuando la susodicha baje por la rampa del CNE con el escrutinio final y las tendencias irreversibles nos confiese si hubo o no uso abusivo de los bienes y recursos del Estado en favor de los Rojos Rojitos. Si acaso el voto asistido no se convirtió en un acto pecaminoso. Un pecado mortal.
Pero miren ustedes queridos lectores, mejor les pregunto ¿Cumple el CNE propuesto por los diputados oficialistas las condiciones rogadas al Niño Jesús? Entérense de otra petición. Sencilla. 2. Otórganos unos ministros sanos. Inteligentes. Cultos. Trabajadores. Honestos. De vida sencilla. No esa parranda de irresponsables y sectarios. Esos que usan aviones de Pdvsa para llevar harina PAN, revólveres y personal de servicio doméstico. Si el Jesse sigue en Corpoelec es que la carta no llegó al Cielo a pesar que iba respaldada con 10 millones de firmas. Mayoría cristiana y católica.
Aquí no pegué una tampoco. Está bien que el Niño Jesús haya descabezado a Giordani el Monje Loco del Fracaso Económico. Pero quedan muchos. Le pedí, le rogué que adecentara a Diosdado Cabello. Que lo alejara del malandrismo político y le diera buena oratoria y escritura. Nada de nada. Fue peor. Yo sé que el Niño Dios también se llevó en los cachos a Mario Silva al anticristo y paladín de la indecencia, pero allí llegó Diosdado con un programa similar.
Ahora donde si estoy seguro voy a recibir buenas nuevas es en relación a mi rogatoria solemne de una Asamblea Nacional con dos tercios opositores y de la reconciliación y unidad de los venezolanos. Gracias anticipadas Señor de los Cielos. Tengo que finalizar deseándoles a todos mis amigos y a los que fueron mis amigos y a los que son mis enemigos que reine en sus casas y en sus corazones la paz.
Estamos llenos de esperanza. Nos toca un camino de sudor y lágrimas para recuperar a Venezuela pero no fracasaremos en esa hermosa tarea. Feliz Navidad (con hallacas a 25 bolívares según el gobierno) y Prospero Año Nuevo (bien difícil con una inflación cercana a 120%, una recesión de 5% y el petróleo a 50 dólares el barril).