Además de las escasez de alimentos, quienes residen en el municipio Palavecino sufren los rigores de la escasez de gas doméstico. El Impulso
Sus vecinos relatan que deben lidiar con la quejumbrosa tarea de ruletear las estanterías de gas doméstico para recargar las bombonas de 10 kilos, que en muchos bodegas clandestinas son comercializadas hasta en 100 bolívares, mientras que el camión las distribuye en cinco bolívares.
Para muchos pagar 100 bolívares por un cilindro de 10 kilogramos es una cantidad que sobrepasa de manera exponencial los cinco bolívares fijados por Pdvsa Gas Comunal para la distribución de este combustible.
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