No hacía falta una palabra. Ya lo sabía todo. Más de una vez sorprendió a quien acudía a ella por ayuda. Con tan solo colocar su mano sobre su visitante lo llegaba a conocer; sabía su padecimiento y lo que tenía que decir. La hermana Francisca siempre fue una madre para quienes compartieron una oración con ella. Aún en su enfermedad y avanzada edad no limitaba su amor. A más de uno le permitió pasar por 15 minutos a su despacho, tiempo que en no pocas ocasiones se convertía en horas, desafiando a quienes cuidaban su estado de salud. Lo daba todo y un poco más por los necesitados. Así lo publica laverdad.com
Ana Josefa Tobón Arbeláez, luego de su consagración, se convirtió en la hermana Francisca de los Ángeles de la congregación de las Hermanas Dominica de la Presentación. A los 18 años empezó sus estudios y a enamorarse profundamente de Dios. Tiempo después, dos de sus ocho hermanos seguirían sus mismos pasos en la religión.
Este año la hermana Francisca cumplió 76 años dentro de la congregación. Sus primeros años los pasó en Colombia, su madre patria. En 1975 llegó a Venezuela. Amó a este país, estaba pendiente de todos en Maracaibo. Su familia afirma que la obra de Dios se hizo palpable en la religiosa. Tanto se enamoró de este municipio Francisca de los Ángeles que quiso permanecer hasta sus últimos días en él.
Para todos tenía una palabra, un consuelo, pero no se cansaba de repetir un consejo: tres avemarías al despertarse, al dormir y no faltar a la misa. Ella daba el ejemplo, su esposo era Dios y para él se vestía de blanco siempre. Pasaba muchas horas del día orando, hablaba al Señor del mundo y al mundo de él. Desde el 30 de diciembre de 2014, a las 10.45 de la noche, reside en su morada.
Origen
Ana Josefa Tobón Arbeláez (98) nació el 16 de noviembre de 1916, en Carmen de Viboral, departamento de Antioquia. Tuvo cinco hermanos y tres hermanas. Su única hermana sobreviviente se llama Inés, tiene 90 años, y vive en Medellín.