Aproximadamente a las seis de la mañana del día de ayer, vecinos del sector Trapichito en San Félix, notaron la puerta abierta de la vivienda de Julio Melo Suárez de 39 años; al asomarse, en la entrada vieron el cuerpo sin vida de Suárez. El Fortín de Guayana
De inmediato uno de los vecinos llamó a Damelixa Bolívar, hija de crianza del infortunado.
La muchacha cuando se enteró de lo ocurrido salió desde su casa ubicada en la manzana cuatro, hasta la calle siete de dicho sector donde residía su padre.
Al llegar al lugar no podía creer lo que estaba viendo, entre lágrimas y gritos de impotencia, la joven entró hasta la humilde vivienda.
Todo estaba en orden, en aquella casita de bloques que dejaba entrever pocos utensilios de cocina, una camita y un televisor.
El televisor aún estaba encendido comentó Damelixa, “no entiendo que pasó, mi papá no se metía con nadie, se ganaba la vida trabajando”.
Vecinos del sector indicaron que Julio tenía un año viviendo en el barrio, sus amigos y conocidos le decían “El Gocho”, se dedicaba a recoger la basura de las casas para ganarse la vida. Julio Melo deja en la orfandad dos hijos pequeños y cuatro mayores que crío junto a su ex pareja.
Al sitio se presentó una comisión del Eje de Homicidios del Cicpc, para realizar el levantamiento del cadáver.
Conocían a su víctima
Al parecer los atacantes de Suárez lo conocían, pues se notó que en la puerta de la entrada de la vivienda estaba guindada la cadena con el candado y las llaves. Se presume que los antisociales lo llamaron, quizás para pedirle algo; y por no complacerlos le dispararon.
Tres tiros acabaron con la vida del hombre uno en la cara, uno en la sien y otro en la pierna izquierda.
Nadie vio nada
Moradores del sector manifestaron que en varias oportunidades han sido víctimas del hampa, resaltando que todos tienen miedo de hablar, nadie se atreve a decir absolutamente nada. “Sabemos quiénes son los delincuentes pero no los podemos denunciar, eso sería cuchillo para nuestro cuello”, advirtieron.