Los desaciertos geográficos, idiomáticos y políticos de Nicolás Maduro ya son costumbre en el país que simplemente se burla y hace chistes con las “metidas de pata” de su presidente. Algunas veces, las ocurrencias del hijo putativo de Chávez son tan absurdas que no sólo son el hazmerreír del mundo, sino un reconocimiento de su ignorancia absoluta de las leyes y de que el Poder Judicial en Venezuela recibe órdenes del Poder Ejecutivo.
El pasado lunes Nicolás Maduro pidió la liberación del político puertorriqueño Óscar López Rivera, encarcelado en territorio estadounidense, a cambio de la libertad del líder de la oposición Leopoldo López, como si se tratara de un simple canje de rehenes, idea que descartó su esposa Lilian Tintori y que también rechazamos en Voluntad Popular. Igual respuesta recibió del Gobierno norteamericano.
Maduro no sabe de leyes (en realidad de muy pocas cosas) pero debe tener asesores que lo ayuden y le digan que, según lo establecen los artículos 49 y 50 de la Constitución, su propuesta contraviene la normativa venezolana. En primer lugar, el indulto presidencial sólo se aplica a una persona penada y sentenciada, (y este no es el caso) y en segundo lugar, la misma CRBV proscribe expresamente la pena de extrañamiento, es decir, el destierro o expulsión del territorio venezolano, que es lo que pretende aplicar a Leopoldo López.
Y como para demostrar que Maduro no es el único ignorante del régimen, el periodista y funcionario Ernesto Villegas afirmó que la opción era perfectamente constitucional mediante la vía de sobreseimiento por indulto presidencial.
Ignora Villegas que para que un Presidente levante la carga penal a un ciudadano, aunque se encuentre en fase investigativa, no puede hacerlo por la vía del indulto sino por la de una Ley de Amnistía, figura contemplada en el artículo 49 de la Carta Magna.
El asunto es que esta gracia no es compatible con la imposición de condiciones como el canje, porque la amnistía, que viene del vocablo amnesia u olvido, extingue la acción penal e implica el sobreseimiento de la causa, por lo cual sobre una ley que extingue la acción penal no pueden establecerse consecuencias más allá de lo que establece el Código Penal, como pretenden con el canje.
Más allá de las violaciones a la ley venezolana que implicaría esta medida y sin querer abordar el caso de Oscar López Rivera, lo grave es cómo el régimen reconoce ya que Leopoldo López es un preso político. Porque es gravísimo que alguien, sobre quién debe pesar la presunción de inocencia, sea sentenciado a través de la televisión nacional por el Presidente de Venezuela, sin que haya concluido un juicio.
En su bipolaridad Maduro olvida que hace unos días calificó a Leopoldo López de “asesino” y asegurar que “no podía soltarlo”, como si fuera un preso que le pertenece y del cual parece ser su carcelero. ¿Qué es Maduro? ¿Presidente de la República o Juez?
Los comentarios del presidente Maduro subrayan preocupaciones que hemos denunciado desde hace tiempo sobre la inexistente independencia del poder judicial en Venezuela, la falta del debido proceso y el uso del sistema judicial para silenciar a las voces de oposición.
@LesterToledo