La escasez de tampones en farmacias y supermercados de Buenos Aires y otras provincias de Argentina provocó un cruce entre las empresas importadoras del producto y el Gobierno de Cristina Fernández.
Desde el Ministerio de Economía argentino argumentaron que las compañías que proveen los tampones no calcularon en forma correcta los plazos normales para la gestión de las declaraciones juradas anticipadas de importación, un documento necesario para las empresas que pretenden entrar mercadería desde el exterior.
En tanto, el jefe de Gabinete argentino, Jorge Capitanich, declaró hoy en rueda de prensa que “hay productos que son más sensibles que otros” y atribuyó la escasez de tampones a “una estrategia de carácter comercial de quienes efectivamente los importan”.
Según el gerente general de la Cámara de Importadores de Argentina, Miguel Ponce, “en los últimos quince días de diciembre y los primeros cinco de enero no liberaron divisas desde el Banco Central” argentino, entidad que mantiene fuertes controles cambiarios.
“Estas cosas que no mueven el amperímetro de las divisas y que no se fabrican en el país deberían tener una automaticidad en su ingreso”, consideró hoy Ponce en diálogo con la radio argentina América.
“Por lo menos, ya hay plazo aparente de resolución”, reconoció Ponce y adelantó que el Ministerio de Economía prevé que en quince días esté normalizado el abastecimiento debido a nuevas importaciones desde Brasil. EFE