Si crees que la diversión en Los Roques se termina cada vez que se esconde el sol, te contamos que ¡No! Recién comienza la tarde y la noche muestra su mejor rostro: un cielo estrellado, limpio y despejado. ¡Así que prepárate a recargar energías después de un exquisito día de playa!
Después de las 5 de la tarde el muelle principal del Gran Roque se llena de decenas de turistas, que retornan de algún cayo o islote del Archipiélago, ya casi listos para descansar un poco, darse un buen baño y alistarse para disfrutar del resto de la noche.
¿Opciones? Hay muchas. Desde pasear por el pueblo, hasta visitar algún café, panadería, restaurante, tienda artesanal, tomarse unas copas y mover esqueleto en alguna disco del lugar. Clase Turista Venezuela optó por algunas de ellas, cenamos riquísimo en la posada Galápagos, luego compartimos unos cócteles y finalmente movimos el cuerpo al son de los tambores hasta la media noche. Todo esto en un mismo lugar.
Y así como estas paradas otras te ofrecen actividades similares, que van desde noches calmadas hasta las más alborotadas. Hay sitios que te brindan veladas silenciosas a orilla de la playa, otros donde puedes comerte unos riquísimos camarones, degustar una buena copa de vino, comprar bellísimos souvenirs, complacer tu paladar con unos sabrosísimos postres de la panadería principal, bailar al ritmo del DJ Drama o simplemente dejarse llevar por los tambores roqueños. ¡Esto y más lo podrás encontrar!
Toma en cuenta que hagas lo que hagas ¡Hazlo diferente y disfrútalo! No olvides que estás en Los Roques, un paraíso de azules ubicado en Venezuela, que siempre te espera para sorprenderte y llenarte con la magia de la naturaleza. Siempre hay algo nuevo que hacer en el Archipiélago, sea de día o sea de noche. Interactúa con sus habitantes, pregúntales sobre esas historias fabulosas que guardan sus calles, indaga con ellos sobre esos rinconcitos roqueños famosos por sus dulces o por sus fiestas. ¡Vive Los Roques como si fuese la última vez que lo vas a visitar!
Por Joselina Rodríguez / Fotos: Liliana Elías