Ya es costumbre ver a compradores pasar la noche en las adyacencias de los abastos Bicentenario de Puerto La Cruz. La intención, pernoctar con la esperanza de que cuando salga el sol y abran la tienda, comprar los productos escasos de la cesta básica, publica El Tiempo.
¿Qué estás esperando comprar?
– Mira, los productos regulados: que si el pollo, la carne, la leche, margarina, harina. Tiene uno que venirse a esta hora para poder comprar. Lo hago por necesidad, es una humillación, pero ¿qué más hace uno? Hay que rendir los reales.
Teresa llegó a las afueras del Hiperabasto Bicentenario de Puerto La Cruz, en la Av. Stadium, cerca de las 12 de la noche, y se dispuso hacer la cola, a esa hora del miércoles, para estar entre las primeras que lograran obtener un número para comprar en el establecimiento gubernamental.
Tenía el puesto 51.
Se fue con ropa cómoda y un suéter. Estaba con una amiga, sentada en un banco detrás de los kioscos de comida que se ubican cerca de la entrada del estacionamiento del CC Judibana, donde se encuentra el Bicentenario. Algunos dormían en el suelo, enrollados en sábanas y sobre cartones. Otros escuchaban música, sentados con viandas de comida, como si estuvieran de picnic.
– ¿No te da miedo estar aquí a esta hora?
– Gracias a Dios no ha pasado nunca nada, estos kioscos están vendiendo cerveza y hay gente, pero claro que nos da miedo, las cosas ahorita están muy malas.
En el Bicentenario implementaron la venta por el último número de la cédula. Así que ese jueves les correspondía a los terminados en 6 y 7. A las 3 am, la cola ya aglomeraba a unas 300 personas.