El Grupo Nestlé, que hoy ha anunciado resultados anuales en línea con las expectativas de los analistas, considera que Latinoamérica es el continente del futuro, según dijo en entrevista con Efe el CEO de la compañía, Paul Bulcke.
“Hay muchos elementos que permiten decir que Latinoamérica es el continente del futuro”, sostuvo el directivo de la mayor compañía alimentaria mundial, que en 2014 vendió por un valor de 91.600 millones de francos suizos (unos 85.000 millones de euros).
De la situación en Venezuela, el directivo dijo que su compañía sigue haciendo negocios allí y aunque “no todo es fácil, confío en la fuerza de Nestlé y de nuestra gente de hacer negocios en países muy diferentes”.
Bulcke enfatizó que las inversiones se multiplican en la región, con nuevas fábricas “en México, en el Cono Sur, en Chile y en Brasil”, lo que para él muestra, más allá de las palabras, “la confianza fundamental” en esta parte del mundo.
La compañía, con sede en Vevey (Suiza), presentó sus resultados financieros de 2014, que Bulcke no quiso llamar positivos, sino “sólidos” en un entorno económico en el que persiste la volatilidad y en un año en el que Nestlé experimentó un menor crecimiento en China.
Pese a ello, la compañía consiguió en el último ejercicio un beneficio neto cercano a los 14.500 millones de francos (aproximadamente 13.500 millones de euros).
Pasando revista a la situación de los principales mercados dentro de Latinoamérica, el CEO de Nestlé dijo que, aunque todas las categorías de productos han progresado en Brasil, su potencial es grande y no se ha conseguido “el crecimiento que podríamos esperar”.
Analizó que la desaceleración económica que sufre la principal economía de Sudamérica guarda relación no sólo con la rebaja de los precios de las materias primas, sino con cierta inestabilidad política que se percibe.
“Casos de inestabilidad política que no permiten tomar las decisiones adecuadas (…), hay cuestiones que están en el tintero y no se crea el ambiente de inversiones”, señaló.
Agregó: “El país que tiene que ir a través de algunas reformas. Todos lo saben, no estoy diciendo nada nuevo, pero quizás no hay la voluntad política para hacerlo, sería doloroso a corto plazo, pero definitivamente bueno a largo plazo”.
En estas circunstancias, el compromiso de Nestlé con Brasil es claro, como lo evidencia la actual construcción de una fábrica de cápsulas de café Dolce Gusto.
De la situación en Venezuela, el directivo dijo que su compañía sigue haciendo negocios allí y aunque “no todo es fácil, confío en la fuerza de Nestlé y de nuestra gente de hacer negocios en países muy diferentes”.
De Argentina, otro gran mercado sudamericano en el que la actividad privada extrajera en determinados sectores ha tenido dificultades para operar en los últimos años, Bulcke lamentó las “turbulencias” que está atravesando.
“Espero que encuentre el camino y que la clase media se reanime”, agregó.
Para México, el CEO de Nestlé anticipó que después de un año de cambios en la legislación fiscal, de adaptación de precios y de debilidad en la demanda, volverá a “tomar color” porque tienen “todas las condiciones” para que esto ocurra.
Más allá de los grandes mercados latinoamericanos, Bulcke pidió prestar también atención a países como Perú, Colombia y Chile, que alabó por la dirección que han tomado y la fortaleza que han conseguido.
Bulcke, cuya compañía es propietaria de algunas de las marcas más conocidas de alimentos infantiles, chocolates, agua embotellada, café, comida congelada, lácteos, bebidas y alimentos para mascotas, alrededor del mundo, empezó su carrera en Nestlé al inicio de los ochenta en Latinoamérica, donde vivió dieciséis años.
Esta misma semana, Nestlé Estados Unidos anunció su compromiso de retirar colorantes y saborizantes artificiales de sus productos en este país, una medida que Bulcke aseguró que “no es algo nuevo porque estamos trabajando en ello hace mucho tiempo”.
Esos ingredientes ya han sido retirados de alimentos infantiles y este requerimiento se afianza cada vez más entre los consumidores, reconoció el responsable de Nestlé.
La decisión de avanzar en esta senda no tiene nada que ver con dudas sobre la seguridad de colorantes y saborizantes, sino con el hecho de que “el consumidor ya no los quiere y como escuchamos a los consumidores hemos decidido retirarlos”.
De igual manera se sigue trabajando en la reducción de los contenidos de sal y azúcares en los productos, indicó.
Isabel Saco/EFE