La ex diputada nacional al parlamento argentino Silvana Giudici cuenta qué vio en Venezuela y por qué es necesario exigir la liberación del alcalde Antonio Ledezma. Acá les traemos el articulo que publica en el diario Clarín
La Argentina no puede ser cómplice
Hace cinco años viajé a Venezuela, los hijos de Richard Blanco me llamaron pidiendo ayuda para visibilizar internacionalmente lo que le sucedía a su padre. Junto a Antonio Ledezma y Mitzy Capriles, Andreína Blanco de solo 20 años organizaba las marchas y acciones legales para exigir la liberación de Richard, que en ese momento era prefecto de Caracas y había sido apresado por el Presidente Hugo Chávez.
Fuimos hasta la puerta del penal de Yare, un lugar tristemente célebre por los motines, la ferocidad de sus guardias y las condiciones inhumanas de sus pabellones de máxima seguridad. Aunque me costaba creerlo, Richard Blanco estaba incomunicado, no podía recibir visitas de su familia, y enfermo (contrajo dengue hemorrágico durante su estadía en Yare). Esperé más de veinte minutos en la puerta del penal, hasta que por línea interna, su director me dijo que no podía autorizar mi entrada a pesar de que me identifiqué como amiga de la familia y parlamentaria argentina.
Intentamos luego con el alcalde metropolitano y su esposa comunicarnos con las autoridades ministeriales, y con la embajadora argentina en Venezuela, en ese momento la ex diputada Alicia Castro pero nadie respondió nuestras llamadas. El Presidente Chávez había prohibido el ingreso al país de una delegación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos cerrando así cualquier otra instancia de apoyo internacional. Pocos días después viajó la diputada Patricia Bullrich desde Buenos Aires y juntas recorrimos los foros ciudadanos, las asambleas de presos políticos y los medios de comunicación para difundir y tratar de ayudar a visibilizar el caso de Richard Blanco y el resto de los detenidos por el régimen venezolano.
Anoche con impotencia, recordé aquellos días en Caracas. Con mucha más angustia porque luego de cinco años la situación fue empeorando, los presos políticos aumentaron, los medios independientes ya no existen y la crisis económica provocada por un gobierno inepto expulsó a miles de venezolanos al exilio. El arresto de Leopoldo López, líder opositor, y la lucha de su mujer por lograr su liberación ya lleva un año. Solo un día después de la marcha del #18F en su homenaje, Maduro, en represalia, y traspasando todos límites se animó a llevarse preso nada menos que al alcalde metropolitano.
Me dolió mucho en el corazón, ver a Richard enfrentar solo con su indignación a las decenas de agentes que se llevaban a Antonio y a la desesperación de Mitzy gritando por la liberación de su marido. En un operativo similar al de los grupos de tareas de la dictadura argentina, Maduro se llevó puestos a mis amigos, a los derechos humanos y a la poca dignidad que le quedaba a su gobierno. ¿Quedará en nuestro país algún dirigente o periodista militante que se anime a sostener que lo de Chávez/Maduro es un gobierno democrático?
La Argentina debe repudiar inmediatamente la detención del Alcalde Metropolitano, exigir su liberación y reclamar las garantías para que los verdaderos golpistas no se apropien de un gobierno que no les corresponde. Las elecciones de la alcaldía metropolitana del año pasado fueron ganadas por Ledezma por el 51% de los votos, si la Argentina no reconoce la legitimidad de su gestión y no exige su liberación inmediata, será cómplice de la barbarie.
Silvana Giudici