El príncipe heredero de Japón, Naruhito, volvió a defender la Constitución pacifista del país y pidió aprender de las “experiencias trágicas” de la II Guerra Mundial, con motivo de su 55 cumpleaños, celebrado hoy, reseña Efe.
“Es importante mirar hacia el pasado con humildad y transmitir debidamente el legado de las experiencias trágicas y de la historia de Japón a las generaciones que no tienen conocimiento directo de la guerra, en una época en la que estos recuerdos pueden desaparecer”, afirmó Naruhito en declaraciones a los medios.
Después de la II Guerra Mundial, de cuyo final se cumple este año el 70 aniversario, Japón “ha disfrutado de la paz y de la prosperidad”, destacó Naruhito, quien también subrayó la importancia de la Constitución pacifista de Japón.
“Espero que este año sea una oportunidad para valorar profundamente la paz y renovar nuestra determinación de perseguirla”, recalcó Naruhito.
Las declaraciones del heredero al trono del crisantemo van en la misma línea que las realizadas por su padre, el emperador Akihito, con motivo de su 81 cumpleaños, el pasado 23 de diciembre.
El jefe de Estado también destacó entonces la importancia de la actual Constitución pacifista del país, cuyo artículo 9 establece que Japón renuncia al derecho a declarar la guerra.
Bajo la actual Constitución, el emperador sirve únicamente como símbolo del Estado y no tiene autoridad alguna sobre la política nacional.
Los pronunciamientos del emperador y su heredero se producen después de la reinterpretación de la Constitución pacifista que el primer ministro, Shinzo Abe, impulsó el año pasado, con el objetivo de otorgar un rol más activo a las Fuerzas de Auto Defensa (Ejército).
Esta controvertida medida deberá ser aprobada por el Parlamento hacia mediados de este año.
En sus declaraciones a los medios, Naruhito también se refirió a su mujer, la princesa Masako, quien padece desde hace más una década una depresión nerviosa inducida por el estrés.
El príncipe heredero aseguró que Masako, de 51 años, “está mejorando”, y expresó su confianza en que pueda incrementar sus actividades “sin impaciencia”.
La princesa ha limitado sus apariciones públicas y compromisos oficiales desde que en 2003 la Casa Imperial revelara su estado de salud, que algunos achacan a la rigidez del protocolo de la familia imperial y a las fuertes presiones que ha soportado para tener un hijo varón que perpetúe la línea sucesoria.
Asimismo, el príncipe heredero afirmó estar “profundamente dolido” por los conflictos en Oriente Medio y por las víctimas mortales que ha dejado el terrorismo, entre ellas los dos rehenes japoneses ejecutados a finales de enero por Estado Islámico (EI). EFE