Diversas partes del mundo sufren hoy crisis y enfrentamientos generados por diferencias políticas, étnicas y religiosas, con saldo de cientos de miles de muertos y millones de desplazados, además del negativo impacto de esos fenómenos en las economías locales y regionales.
Por ello, la educación para la paz no es una opción más sino una necesidad que toda institución educativa debe asumir. Los principios para una convivencia pacífica entre pueblos y grupos sociales se han convertido en un imperativo legal. Ahora se trata de conseguir que el derecho formal de la paz se convierta en un derecho real, con nuestra propuesta de Ley, cátedra de la paz.
Educar para la paz es una forma de educar en valores. La educación para la paz lleva implícitos otros valores como: justicia, democracia, solidaridad, tolerancia, convivencia, respeto, cooperación, autonomía, racionalidad, amor a la verdad… La educación en valores es un factor importantísimo para conseguir la calidad que propone nuestro sistema educativo.
La cultura de la paz hay que construirla desde la escuela y promoverla en todos los ciudadanos, desde niños y es que la construcción de una cultura de paz es un proceso que supone un cambio de mentalidad individual y colectiva. Y en este sentido es fundamental el papel del sistema educativo, pues si se educa en valores desde temprana edad esto tendrá un carácter irreversible y positivo para un mundo más justo e inclusivo que abrace la diversidad.
La cultura de la paz debe contribuir al fortalecimiento de los procesos de democratización integral, del pluralismo político y la participación real de la sociedad civil, implementando un sistema educativo y de comunicación integral que permita plantar, en todos los niveles y sectores, los valores éticos que la sustentan, comenzando por la infancia.
La Constitución de 2009 habla de paz, consagrado en su preámbulo y en los artículos 1, 3 y 326, los cuales a la letra dicen, respectivamente: … “La paz es un patrimonio y un valor moral en la doctrina de nuestro Libertador Simón Bolívar”… La construcción de una sociedad justa y amante de la paz; y la paz como un principio constitucional, de obligatorio cumplimiento.
La Cátedra de la Paz debe tener un carácter obligatorio y que el Estado garantice su funcionamiento y eficacia, procurando los recursos necesarios para tal efecto, pues si queremos que una sociedad tan convulsionada como la nuestra sea viable, se impone la necesidad de crear en las personas el hábito de pensar en la paz, de asumir el deber de hacer la paz, de hablar sobre la necesidad de paz, de realizar actos de paz, de aprender a hacer la paz, de enseñar a hacer la paz, y de preservar la paz con devoción.
Diputado Freddy Paz
@freddyspaz