¿Sabías que para fomentar el pensamiento creativo y libre no hay mejor inspiración que una habitación con techos altos? Aunque suene extraño, diversos estudios lo afirman. Descubre cómo actúa nuestro cerebro según el entorno y cómo la arquitectura puede impactar tu vida diaria.
Al imaginar una habitación que promueva la creatividad pueden pasar por nuestra mente distintas ideas: desde la música que debería sonar hasta los objetos inspiradores que podríamos colocar en ella. Sin embargo, hay otros aspectos que pueden afectar el comportamiento de nuestro cerebro sin que lo imaginemos. Un factor esencial según científicos y profesionales de la arquitectura y diseño es la altura a la que se encuentra el techo.
Las pruebas de la ciencia
Dichos efectos fueron comprobados por Meyers-Levy, un profesor de la Universidad de Minnesota, quien publicó en 2007 un estudio en el que señaló cómo los techos altos influyen en el pensamiento humano.
En una de las pruebas emprendidas, los participantes que se encontraban en una sala de techo alto completaron anagramas con conceptos referidos a la libertad de manera más rápida que los participantes que estaban ubicados en una habitación con techo de menor altura. En cambio, cuando completaron anagramas que incluían palabras como “atado” o “restringido” los resultados fueron inversos. Otra de las consignas con las que se enfrentaron los voluntarios fue el armado de rompecabezas; en este punto, los de la habitación más baja fueron más eficientes.
El investigador concluyó que los techos bajos hacen que las personas sean más detallistas, por lo cual este tipo de construcción sería ideal, por ejemplo, para las salas de cirugía; mientras que las que cuentan con techos altos serían idóneas para potenciar actividades creativas, como las artísticas.
Los investigadores comprobaron que los techos altos fomentan la libertad, la creatividad y la abstracción, mientras que los techos más bajos provocan maneras de pensar más concretas.
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