Indicios de una economía hiperinflacionaria empiezan a verse en los anaqueles de establecimientos comerciales en la ciudad. Precios de cuatro cifras son cada vez más comunes, tanto en alimentos como en productos de higiene personal y maquillaje, sin dejar de lado los medicamentos. Diario de Los Andes/Yulliam Moncada
La inflación en Venezuela cerró el año pasado en casi 70%, según cifras oficiales, y aunque este año las autoridades no han ofrecido información al respecto, fuentes ligadas al sector han asegurado de manera extraoficial que los dos primeros meses del año acumulan 20% de inflación.
De ser cierto, el país estaría avanzando con fuerza hacia una economía hiperinflacionaria, como lo han advertido desde finales del año pasado expertos en la materia. Se trataría de una inflación muy elevada, fuera de control, en la que los precios aumentan rápidamente al mismo tiempo que la moneda pierde su valor real y la población tiene una evidente reducción en su patrimonio monetario.
La actualidad no dista mucho de esto. Los consumidores ven con asombro cómo cada vez que visitan algún establecimiento comercial los precios son más altos, llegando incluso a cuatro cifras. La inflación y el desabastecimiento se han juntado para causar estragos en el poder adquisitivo de los habitantes del país.
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